Las nucleares españolas se convertirán en ‘basureros radioactivos’. El sector busca una salida al cierre de las plantas atómicas nacionales

“Una vez tomada la decisión de cerrar Garoña, no hay ningún motivo para que las demás no vayan detrás en un futuro”. Este ‘aviso a navegantes’ lo lanzó un veterano empresario del sector energético español a más de una veintena de primeros ejecutivos con intereses en el sector nuclear, entre los que se encontraban representantes de Enresa, el Ministerio de Industria, Iberdrola, Endesa, Areva, Gamesa, Enusa Industrias Avanzadas y Banco Santander. 

Según ha sabido El Confidencial Digital, esta conversación tuvo lugar en unas jornadas celebradas apenas dos días antes de que Miguel Sebastián anunciara la fecha del cierre de la central nuclear de Santa María de Garoña.

Alertados de la decisión del Ejecutivo, así como de la repercusión que esta decisión tendrá en el futuro cercano del parque nuclear español, los responsables de las principales empresas del sector están estudiando varias alternativas.

Fuentes solventes y conocedoras de los planes que barajan los responsables de las centrales, adelantan a ECD que las alternativas que “más gustan” son reconvertir las centrales en desuso en ‘cementerios nucleares’ para la gestión de residuos y “exportar la experiencia y recursos, tanto humanos como técnicos y materiales al extranjero, poniendo la mira en Alemania, Estados Unidos, Reino Unido, China y Europa del Este”, países en los que más impulso se está dando al desarrollo de esta energía.

Cabe recordar que las estimaciones que manejan los expertos son que los desechos emiten radiación durante decenas de miles de años y almacenarlos entre 1985 y 2070 costará unos 13.000 millones de euros.

Hasta la fecha, el único cementerio nuclear español, acondicionado para materiales de baja y media actividad (con una vida máxima de 300 años) esta situado en Hornachuelos, a 80 kilómetros de Córdoba. Se trata de El Cabril, que almacena más de 16.300 metros cúbicos de basura (cerca del 30% su capacidad).

No obstante, España tiene que crear un Almacén Temporal Centralizado (ATC), para albergar los residuos radioactivos. Fuentes de Enresa explican que se están recibiendo ya las propuestas de empresas y consorcios interesados en el desarrollo del ATC. “Se trata de un proyecto jugoso, ya que haría falta un desembolso del Gobierno de entre 800 y 1.000 millones de euros”. 

Los gestores del parque nuclear tienen muchas papeletas de ganar este concurso, ya que “parten con ventaja al tener experiencia e instalaciones propias para el almacenaje”. No obstante, su capacidad es limitada, y con Francia se tiene un acuerdo para que almacene residuos españoles hasta 2011, fecha a partir de la cual cobrará tasas prohibitivas, advierten desde el entorno del ministro de Industria.

Y es que, según asegura un alto cargo de la división de Producción Nuclear de Iberdrola, “ahora mismo, quien tiene un yacimiento nuclear, tiene una mina de oro”. Además, “las inversiones en centrales y empresas auxiliares está amortizada prácticamente al 100%, con lo que la producción que se consigue se traduce en beneficios casi inmediatamente”, apunta un directivo del Santander, con amplio conocimiento de este sector.

“En España estamos muy por delante de nuestros principales competidores en este mercado, como Reino Unido, y en los últimos meses, tanto representantes gubernamentales como empresas de Alemania están mostrando interés en contratar los servicios de compañías españolas para el diseño, planificación e implementación de sus proyectos nucleares”, asegura la misma fuente.

“Está claro que si no podemos hacer nuestro trabajo aquí, tendremos que irnos a los países donde nos lo permitan”, concluyen directivos de Areva y Westinghouse Technologies consultados por este confidencial.

Fuentes de mercado recuerdan en este sentido, que hace apenas dos meses, expertos en generación nuclear de Iberdrola han estado un par de semanas visitando las instalaciones de E.On en Alemania para asesorarles.

En la misma línea, destacan la importancia de lo que haga Alemania, donde “hay muy buenas expectativas, pese al recelo de un sector importante de la opinión pública”. “El rumbo que tome la Unión Europea en materia nuclear dependerá de las decisiones que se tomen en el ejecutivo de Merkel”, aseguran.