El Santander adelanta su despliegue con Correos para competir en los pueblos con la nueva CaixaBank-Bankia

Se ha anticipado un mes a la llegada del gigante bancario a las zonas rurales, uno de sus mercados estratégicos, para quitarle clientes sin abrir sucursales con la red de la compañía postal

Correos.
Correos.

El Santander ha movido ficha en España con la alianza firmada con Correos para llevar dinero a las zonas rurales. Un movimiento que ataca a uno de los mercados estratégicos del nuevo banco resultante de la fusión de CaixaBank y Bankia, pero que resulta especialmente rentable para la entidad que preside Ana Botín.

Los clientes del Santander pueden realizar todas las operaciones básicas en las oficinas de Correos y los carteros pueden entregar dinero en cualquier domicilio de España.

El acuerdo se firmó el pasado mes de septiembre por el presidente de Correos, Juan Manuel Serrano, y el consejero delegado de Santander España, Rami Aboukhair, y estaba previsto ponerlo en marcha durante el primer trimestre de este año. Pero el servicio ya está operativo desde finales de febrero, un mes antes de la fusión efectiva de Caixabank y Bankia, que se materializará este viernes.

Competir en las zonas rurales

Fuentes financieras explican a Confidencial Digital que el Santander entra así de lleno en el mundo rural para tratar de robar clientes a otras entidades, con el punto de mira puesto sobre todo en el nuevo gigante bancario.

Además, destacan que resulta un movimiento de respuesta a la fusión CaixaBank-Bankia que permite a la entidad que preside Ana Botín aprovechar la capilaridad de la red de Correos en poblaciones pequeñas sin necesidad de tener que abrir sucursales propias.

La banca ha cerrado más de 20.000 oficinas en la última década, primero como consecuencia de la crisis financiera, y ahora por la baja rentabilidad del negocio en estos locales como consecuencia del avance de los canales digitales en el sector y la necesidad de ahorrar costes.

Como consecuencia, una parte de la población, unos 4.000 pequeños municipios, se han quedado sin oficinas bancarias donde llevar a cabo sus operaciones o sacar efectivo.

Ante esta circunstancia, Banco Santander ha destacado que la operación supone dar un paso más para evitar la exclusión financiera sin dejar su plan de cierre de sucursales.

Aprovechar la capilaridad de Correos

El acuerdo del Santander con Correos ofrece servicios de retirada e ingreso de efectivo en las 2.393 oficinas y 2.282 puntos de atención rural de la empresa postal, así como llevar dinero a cualquier domicilio de España por medio de los carteros.

 

En el 75% de los municipios con menos de 1.000 habitantes donde el banco no está presente existe un punto de atención de Correos, lo que permitirá a la entidad que preside Ana Botín llegar al 66% de la población que hasta ahora no disponía de un servicio de efectivo en su municipio. Santander así amplía sus servicios financieros básicos a 1.519 municipios más.

El nuevo banco, líder en zonas rurales

No se pasa por alto que CaixaBank es la entidad con mayor presencia en los municipios españoles de menos de 10.000 habitantes, al concentrar más de un tercio de los puntos de atención presencial de las entidades herederas de las antiguas cajas de ahorro.

El banco que preside Jordi Gual cuenta con más de 1.100 oficinas bancarias en estos municipios, seguida de Ibercaja (555), Unicaja (511) y Bankia (497), así como con más de 1.100 oficinas en municipios de entre 10.000 y 50.000 habitantes, por delante de Bankia (460), Unicaja (202) y Kutxabank (124).

Hay que recordar además que el plan estratégico 2019-2021 de CaixaBank ha centrado el cierre de sucursales solo en las ciudades mientras ha decidido mantener intacta su red en las zonas rurales.

Más cierres de oficinas en zonas urbanas

Desde finales de 2008, el número de oficinas bancarias en España ha caído un 45% hasta situarse en 25.565 a mediados de 2019, lo que supone una caída promedio anual del 6%.

Esta tendencia ha sido más pronunciada en las comunidades autónomas más urbanizadas y con una red de oficinas inicialmente más densa, como Cataluña, Madrid y la Comunidad Valenciana.

Las autonomías donde la reducción ha sido menor han sido generalmente aquellas que presentaban una mayor proporción de población en zonas rurales y en municipios pequeños, como por ejemplo Extremadura y Castilla-La Mancha.

La evolución del número de oficinas en municipios de menos de 10.000 habitantes corrobora esta dinámica, siendo su descenso del 26% entre 2008 y finales de 2017, claramente inferior a la caída del 43% en el resto de los municipios.

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