Santander y Telefónica investigan si han existido pagos irregulares a Villarejo

Sus comisiones de auditoría están revisando toda la documentación para confirmar la legalidad de los trabajos encargados al ex comisario

El comisario Villarejo.
El comisario Villarejo durante su entrevista con Jordi Évole.

Además de BBVA, Iberdrola, Repsol y CaixaBank, el comisario José Manuel Villarejo prestó servicios a varias compañías del IBEX mientras se encontraba todavía en activo en el Cuerpo Nacional de Policía. Fueron clientes VIP también, entre otros, empresas tan destacadas como el Banco Santander y Telefónica.

Así las cosas, Confidencial Digital ha podido confirmar, por fuentes conocedoras del proceso, que al menos Santander y Telefónica han comenzado a auditar internamente, con la máxima discreción, si realizaron pagos irregulares a Villarejo.

Las comisiones de auditoría están revisando de forma minuciosa la documentación relacionada con la contratación de Villarejo, para revisar su legalidad y el fin real para el que se solicitaron sus servicios.

Clientes secretos

La investigación incluye todos los contratos firmados con Club de Negocios y Transacciones (Cenyt), Cenyt Consultoría, y Stuart & Mckenzie, las firmas del conglomerado de Villarejo, y el objetivo de las auditorías es confirmar que sus empresas no han cometido ninguna irregularidad.

Es decir, que la contratación estaba perfectamente justificada y para fines normales, no irregulares.

La decisión fue tomada tras conocer que la Audiencia Nacional había encontrado un nuevo archivo con los clientes secretos del comisario, entre los que aparecen un número destacado de empresas del ÍBEX.

Amenazas de Villarejo

Hay que recordar que el ex comisario lanzó también hace unos meses un comunicado, desde la prisión de Estremera, declarando que “manos negras” están “tirando de la manta” y amenazan con poner “en la picota a compañías absolutamente estratégicas como Repsol, Indra, CaixaBank, Iberdrola, Santander, Grupo Planeta, Mutua Madrileña o Telefónica”.

Un aviso que puso en guardia a varias de estas grandes empresas. El asunto inquieta enormemente en los despachos de Ana Botín y José María Álvarez-Pallete.

Les aterra la mínima sospecha que vincule a sus empresas con los trabajos de Villarejo, el comisario jubilado de la Policía, en la cárcel acusado de espiar y grabar a empresarios, políticos y periodistas.

 

Son conscientes de que, aunque se trata de encargos anteriores a su llegada a la presidencia, sin embargo les tocaría gestionar la crisis de reputación que se desataría si se confirmaran pagos irregulares al comisario. Igual que le ha ocurrido a Carlos Torres en BBVA, pese a que el escándalo proviene de la etapa de FG.

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