Arturo Fernández llama ahora a Gerardo Díaz Ferrán “un concuñado lejano”
Durante años fueron uña y carne. Durante años, Arturo Fernández y Gerardo Díaz Ferrán iban juntos a casi todas partes. A cazar, también. Durante años el dueño de Cantoblanco le defendió a capa y espada, y le llamaba con orgullo “mi cuñado Gerardo”. Pero el tiempo ha pasado. Díaz Ferrán tuvo problemas en la CEOE, que forzaron su salida de la presidencia de la patronal, y más problemas todavía luego con la justicia por ocultar su patrimonio para no pagar las deudas de Marsans. Ahora está en la cárcel. “¿Mi cuñado? Habláis de Gerardo como mi cuñado pero es un concuñado lejano”, se le escucha ahora a Arturo Fernández en privado. Aunque antes, en los buenos tiempo, le llamaba “mi cuñado Gerardo”, en realidad no lo son: una hermana de la mujer de Arturo estuvo casada con un hermano de Díaz Ferrán.
