Bhavnani y Osuna no se fiaban del asalto de Trinitario al Banco Popular pero saben que han quedado en evidencia

La CNMV anunció a finales de la semana pasada que estudia posibles responsabilidades administrativas o penales al haber concluido que detrás de Blueprime (que aseguró tener acuerdos para adquirir el 20% del Banco Popular) no hay un grupo de inversores interesados en adquirir esa participación. Lógico, explican quienes siguieron de cerca la maniobra. Esa compra exigía un desembolso cercano a los 4.000 millones de euros y se prometía, además, el pago de un 40% más del precio de cotización. Tampoco le cuadraban del todo las cosas al inversor indio Ramchand Bhavnani (3,3%) y a Nicolás de Osuna (3,9%). Concretamente, explicaban, no se fiaban de tres detalles: a) de que les hicieran el pago en dos tandas; b) de que efectivamente les abonaran al final esa cifra; y c) de que el constructor Trinitario Casanova no ‘desapareciera’ antes. Eso sí. Los dos tienen muy claro que no han quedado nada bien ante el núcleo duro de accionistas de la quinta entidad financiera española.

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