Fernando Moraleda ha optado por quedar en segundo plano y deja el protagonismo a su colega del Congreso

Después de una serie de actuaciones desafortunadas, que habían puesto en entredicho su trabajo y hasta la continuidad en el cargo, Fernando Moraleda, portavoz del Gobierno, ha optado por la vía de la máxima discreción. Desde hace algún tiempo, apenas se deja ver, y, lo que es más llamativo tratándose de un portavoz, ha reducido al mínimo sus intervenciones en público. Ese papel se lo ha dejado a su colega del Congreso, Diego López Garrido, que es frecuente que ofrezca ruedas de prensa en las que habla, con toda normalidad, en nombre del Gobierno.