El Gobierno no quiere que le peguen a Picardo

Fabian Picardo, con las banderas de Reino Unido y la UE.

Por los tradicionales desayunos informativos que se celebran en Madrid con dirigentes políticos o empresariales han pasado desde presidentes del gobierno hasta vicepresidentes, responsables de las empresas más importantes del país y defensores a ultranza de la independencia de Cataluña. El acceso al recinto en esos casos siempre ha sido sencillo: ni un policía, ni un guardia de seguridad, ni un registro. Nada que ver con lo ocurrido este martes en el Hotel Palace de la capital en el encuentro organizado por el ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo. Pese a la presencia de una docena de ultras en la Plaza de Neptuno, nunca antes en un acto de estas características se había visto a tres furgones de la Policía Nacional, dos policías en la puerta del hotel, varios agentes más en el interior y hasta dos policías secretas en el hall. Además, un guardia de seguridad preguntaba en la entrada a dónde se dirigían los visitantes. Todo el que quisiera acceder a la conferencia de Picardo, era requerido por otro guardia de seguridad que registraba bolsos y carteras antes de entrar a la sala. Inaudita seguridad la que desplegó el Gobierno y el propio hotel para que nada enturbiara la intervención de Fabián Picardo.

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