Nadie quiere el emblemático edificio del Deutsche Bank en Barcelona

Vista de Barcelona.

Hace poco más de un año, el 10 de julio de 2014, el grupo inversor KKH compró por 90 millones de euros el emblemático edificio del Deutsche Bank en Barcelona. El objetivo de este grupo era convertir el inmueble, situado en el número 111 del Paseo de Gràcia, esquina con la avenida de la Diagonal, en un hotel de súper-lujo. Sin embargo, la situación política de la capital catalana ha impedido este movimiento. La cadena hotelera canadiense Four Seasons era la mejor situada para gestionar el nuevo hotel, pero cuatro días después de las elecciones municipales, el alcalde en funciones Xavier Trías aseguró públicamente que las licencias las tendría que aprobar la nueva corporación. Esa postura, unida a la llamada “moratoria turística” que quiere implantar Ada Colau, ha paralizado esta operación. Además, entre el empresariado catalán se comenta que la cadena Sheraton, que también había mostrado interés en el proyecto, ha descartado ahora presentar una oferta. Así las cosas, un año después de su compra por parte del HHK, nadie quiere uno de los edificios de la Ciudad Condal mejor situados.

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