La escena se repitió en más de un establecimiento de numerosas ciudades del país. No pocos clientes se tomaron a broma el desarrollo de la entrevista a Rodríguez Zapatero en Televisión Española, y pidieron “un café de ochenta céntimos”. Esa cifra, dada por el presidente del Gobierno cuando le preguntaron si sabía lo que cuesta un café, y que se convirtió en la anécdota del programa (muchos periódicos titulaban ayer con dicha frase), dejó en evidencia que Zapatero no pisa la calle desde que llegó a La Moncloa. Se cuenta que en el PSOE lamentan profundamente ese fallo “de principiantes”. Quizá para contrarrestar el mal efecto producido, el presidente se apresuró ayer a tomar un café cuando asistía al Pleno del Congreso, e invitó a los periodistas presentes, imagen que tomaron los fotógrafos.