La Comisión Europea no entra al trapo a las preguntas de Puigdemont

Clara Ponsatí, Carles Puigdemont y Toni Comín, en el Parlamento Europeo.

Carles Puigdemont consiguió ser eurodiputado, y desde su escaño en el Parlamento Europeo trata de conseguir algún gesto de las autoridades comunitarias que pueda interpretarse como favorable al independentismo catalán y crítico con España. Su último intento tampoco ha sido efectivo.

Puigdemont y sus ex consejeros Toni Comín y Ponsatí, junto a otros independentistas, preguntaron a la comisaria de Interior por la situación del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) en Ceuta. La comisaria sueca Ylva Johansson terminó su respuesta con una coletilla: “Continuaremos en contacto con las autoridades españolas, apoyándolas en lo que necesiten y monitorizando de cerca la situación”.

Algo similar contestó la comisaria de Competencia a preguntas también de eurodiputados independentistas. Fuentes de la Comisión destacan que esa mención a los estados miembros o las autoridades nacionales se ha convertido en una constante ante las preguntas (cuyo coste de tramitación, por cierto, se estima en 515 euros) que diputados de ERC, Bildu o la antigua Convergència presentan para tratar de pillar a la Comisión en un desliz y conseguir una respuesta lo suficientemente ambigua como para presentarla como un ‘palo’ de la Unión Europea a España. Pero por el momento la Comisión se mantiene en su postura de respaldar a España y expresar su respeto y no injerencia hacia cuestiones políticas internas, como las tensiones independentistas en Cataluña.

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