“Alerta máxima. Nos llevamos al Papa”
Había comenzado la vigilia del Papa con los jóvenes, en el aeródromo de Cuatro Vientos, cuando de pronto estalló una fuerte tormenta de lluvia y de viento racheado que alcanzaba directamente a Benedicto XVI.
Los ayudantes del Papa trataron de protegerle con varios paraguas a la vez, algunos colocados a sus pies. La tormenta arreciaba.
En ese momento, en los audífonos de los agentes de seguridad del Vaticano presentes en el acto se escuchó este mensaje: “Alerta máxima. Nos llevamos al Papa”. La orden procedía del jefe máximo, Doménico Giani, del que ayer se habló en las páginas de ECD con detalle.
Giani se acercó al Pontífice y le dijo en voz baja: “Santidad, nos tenemos que ir”. La situación en Cuatro Vientos parecía peligrosa, pero mucho más si se producía un brote de pánico entre los asistentes. Dos millones de personas es una cifra imposible de controlar por nadie.
Benedicto XVI escuchó al jefe de seguridad y le contestó: “Nos quedamos”
Aún hubo otro intento de Doménico Giani de llevarse consigo al Papa, pero volvió a escuchar la misma respuesta: “Nos quedamos”. Así se cumplió. Y la vigilia se convirtió en un acontecimiento único en la historia de las JMJ.
