Por qué el Gobierno ha cambiado a la embajadora ante la Santa Sede
El cambio de embajadores que prepara el Gobierno ha provocado algunas sorpresas entre los diplomáticos. Una de ellas, el cese de María Jesús Figa como representante ante la Santa Sede.
Primero, porque sólo hace un año que tomó posesión: presentó cartas credenciales el pasado mes de abril. Segundo, porque se le considera ideológicamente próxima al PP.
Lo que le cuentan a El Chivato en los ámbitos diplomáticos es que el cese tiene a su vez tres motivos. Primero, que molestó mucho que el Gobierno anterior realizara ese nombramiento al final de su mandato. Segundo, que fue subsecretaria con el PSOE. Y tercero, que quiere tener en todos los destinos claves a personas de las que se puedan fiar plenamente. De todos modos, a Figa le van a dar la embajada en Helsinki.
El nuevo embajador ante el Vaticano, Eduardo Gutiérrez Sáenz de Buruaga, ha sido estos últimos ocho años la mano derecha de Jorge Moragas en el PP en asuntos internacionales. No es un experto en asuntos vaticanos. Su nombre sonó para secretario de Estado de Iberoamérica, que es la zona que mejor conoce, porque fue director general de Iberoamérica en la primera legislatura de Aznar y embajador ante la OEA en la segunda.
En cuanto al nombramiento de Federico Trillo para Londres, en lugar de su deseado destino en Washington, en esos ámbitos diplomáticos se cuenta que ha terminado encajando bien el cambio. Sigue siendo un país de habla inglesa, el Reino Unido no es mal destino… y además hizo la tesis sobre Shakespeare.
