Javier Godó, muy “agradecido” a Jesús Polanco, elogia también al abuelo de Aznar

Javier Godó, editor de La Vanguardia, se declaró feliz y encantado el miércoles por la tarde, cuando recibió el premio Miguel Moya, que otorga la Asociación de la Prensa de Madrid para reconocer “una labor amplia y destacada dentro del campo periodístico, realizada por una persona no específicamente periodista”.

El año pasado, correspondió a Jesús Polanco, fallecido en julio pasado (apenas un mes después de recibir el galardón), y el anterior se le concedió a José María Bergareche, ahora ex consejero delegado de Vocento.

El acto se celebró en la Casa de Correos, en la Puerta del Sol, sede de la Comunidad de Madrid, presidido, como otros años, por una siempre sonriente Esperanza Aguirre, que fue quien entregó el premio a Godó.

En su discurso de agradecimiento, el conde de Godó destacó el papel del editor de vocación liberal, que va más allá de la mera propiedad del diario, y realizó un expresivo elogio a Jesús Polanco, del que se reconoció “muy agradecido” por los consejos y enseñanzas que le aportó durante años.

Y en esa línea de elogios, hubo también un recuerdo para Manuel Aznar Zubigaray, abuelo de José María Aznar. Hablando de las dificultades que ha vivido La Vanguardia en sus 127 años de existencia (siempre propiedad de la familia Godó), incluyendo incautaciones, criticó muy duramente a Luis Martínez de Galinsoga, falangista, director impuesto por Franco, que llevó al periódico al bordo del abismo. En 1960 fue sustituido por Manuel Aznar, y en sólo tres meses –afirmó Godó- lo cambió de arriba abajo y lo puso en órbita como diario.

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