Jordi Jané, el gran perjudicado

Jordi Jané.


En junio, El Confidencial Digital adelantó la ofensiva que preparaba Puigdemont para retratar a los consejeros de la Generalitat que no eran independentistas. El President instó a varios departamentos del Govern a adoptar medidas concretas a favor del referéndum, siendo la consejería de Interior la que más responsabilidades debía adquirir.

El responsable de esa cartera, Jordi Jané, se negó entonces a dar órdenes a los Mossos que fueran en contra de la Ley, dando así a Puigdemont la oportunidad para cesarle. La medida se confirmó apenas tres semanas después, con la salida fulminante de Jané y también de Neus Munté y Meritxell Ruiz.

Según le cuentan a El Chivato, de esos represaliados, el que los está llevando peor es el ex titular de Interior. Según amigos y compañeros, Jordi Jané está “anímicamente hundido” y nadie consigue sacarle una sonrisa.

Desde hace tiempo, añaden, esperaba una decisión así por parte de Puigdemont, ya que él dejó claro en todo momento que no podía comprometer a los Mossos d´Esquadra si el Tribunal Constitucional declaraba ilegal el referéndum. Pero la confirmación de su marcha ha sido “un duro revés” del que todavía no se ha repuesto.

Entre otras cosas, aseguran los que le conocen, porque Jané “lo tenía todo” en el Congreso de los Diputados, y renunció a un futuro “más cómodo y seguro” por dar solidez al gobierno de Puigdemont.

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En la Cámara Baja llegó a ser vicepresidente cuarto, portavoz en las comisiones de Justicia, Industria e Interior. En esta última, además, logró la aprobación de importantes leyes de seguridad vial. Una destacada hoja de servicios que ahora ha quedado en nada.