Josu Jon Imaz intentó pasar inadvertido en la presentación de Patxi López en Madrid

Patxi López recibió ayer, al ser presentado en los desayunos de Europa Press, la ovación más larga que se recuerda en esos ámbitos. Y fue aplaudido otra par de veces, una de ellas cuando anunció que en los próximos presupuestos regionales no habrá una partida para ayudar a las familias de presos de ETA y sus viajes.

En una mesa secundaría, junto a una columna, se sentó Josu Jon Imaz, ex presidente del PNV y ahora presidente de Petronor, que procuró pasar todo lo inadvertido que pudo. Para ello, fue uno de los primeros en llegar y apenas se movió. Mucha gente no se dio cuenta de su presencia. Otro nacionalista asistente fue el senador Iñaki Anasagasti.

A pesar de que enfatizó que la política educativa de su gobierno propugnará el bilingüismo porque el País Vasco tiene “dos lenguas oficiales, sin embargo López solamente pronunció dos palabras en euskera: el saludo inicial, Egun on (Buenos días), y la despedida, Eskerrik Asko (Muchas gracias).

Se notó que evitaba la famosa y criticada expresión de Ibarretxe, su antecesor, de “vascos y vascas”. Utilizó muchas veces la variante “ciudadanos y ciudadanas”, en otro ocasión habló de “todas y todos”, pero, ya avanzada la intervención, habló de que querían ser el gobierno “de todos los vascos y de todas las vascas”, y más adelante dijo que lo mejor de Euskadi son “los vascos y las vascas”.

Patxi López se desenvolvió con soltura, menos nervioso que en otras ocasiones (y, por tanto, con menos tics en la cara), con una intervención casi tecnocrática, firme en su intención de no abrir brechas con nadie, tampoco con el PNV. Incluso destacó que las relaciones con el anterior consejero de Interior, Javier Balza, “fueron muy buenas”.

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