Rafael Vera presentó su novela y congregó a la plana mayor del ministerio del Interior de Felipe González
Rafael Vera, el que fuera secretario de Seguridad del Estado durante los mandatos de Felipe González, triunfa como novelista. Acaba de publicar ‘El padre de Caín’, y las cifras de venta le van bien. De entrada, en el acto de presentación ya vendió 200 ejemplares “hecho más que insólito”, le dicen a El Chivato especialistas del mundo editorial.
La obra, “basada en parte en hechos reales”, está ambientada en los inicios de los años 80, en San Sebastián, en una época en la que los ataques de ETA eran prácticamente diarios, y con varios guardias civiles destinados en el acuartelamiento de Inchaurrondo como protagonistas. Recoge “el día a día de suboficiales y oficiales, de sus servicios y vivir cotidiano, de sus familias, de niños y mujeres que tuvieron importancia en el contraterrorismo”, según resumen fuentes editoriales.
La presentación, en una conocida librería madrileña (escenario elegido por el propio Vera y el periodista Ignacio Fontes, que ha hecho las veces de editor literario) “fue un llenazo”. Entre los invitados, muchos viejos conocidos del ex secretario de Estado, que componían la plana mayor del ministerio del Interior en los tiempos de Felipe González.
Allí estaban, desde los ex ministros José Barrionuevo y José Luis Corcuera, a su antiguo secretario en el ministerio, Juan de Justo. Y también Julio Feo y Txiqui Benegas. Tampoco quiso perderse la ‘premiere’ el general Andrés Casinello, descrito por influyentes políticos como “posiblemente el hombre que más secretos conozca de la historia reciente de España”.
Otros que se acercaron a “conocer de primera mano la trama de la novela” fueron los socialistas madrileños Juan Barranco, Pepe Acosta y Antonio Carmona (conocido como miembro del ‘Nuevo Testamento’ o lo que es lo mismo, de la renovada ejecutiva del PSM). El comisario Luis Luengo; el ex delegado de Gobierno en La Rioja, Antonio Rojo; y el actual subdelegado de Gobierno en Cáceres, Fernando Solís, también quisieron arropar a Vera en su nueva aventura literaria.
Y hubo un presentador especial, Joaquín Leguina, cuyas intervenciones “suelen tener mucho morbo ahora que está entre los más críticos de los críticos”.
Fue una reunión de algunos ‘primeras espadas’ del PSOE de González, que terminó con ese dato inusual en este tipo de acto: se vendieron más de dos centenares de ejemplares. La curiosidad por saber quién es el mando de la Guardia Civil en el que se basa la novela, o el inesperado final de la misma, fueron algunos de los alicientes puramente literarios que impulsaron a los asistentes a hacerse con un ejemplar, explican algunos de los que estuvieron presentes.
