Ramón Jáuregui brilló como “ministro de Exteriores” en sustitución de Trinidad Jiménez, pero cometió un error

El nuevo ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, tuvo que intervenir ayer en el Congreso, en la sesión de control al Gobierno, sustituyendo a su compañera la titular de Asuntos Exteriores, ausente por viaje oficial.

La cuestión tenía que ver con los graves incidentes que están sucediendo en El Aaiún, la muerte de un muchacho saharaui y la actuación de las fuerzas de orden público marroquíes.

La comentan a El Chivato diputados que asistieron a la comparecencia que Jáuregui, que tiene fama de buen parlamentario, suplió con brillantez la ausencia de Trinidad Jiménez, no sólo en la forma, sino también en el contenido de su respuesta.

Sin embargo, incurrió en un error que un diplomático nunca habría cometido. Aludiendo a la prohibición, por parte de Marruecos, de la llegada de periodistas a la zona del conflicto, afirmó que “la admisión en territorio forma parte de lo que se llama núcleo duro de la soberanía de un país”. Hablar de soberanía, tratándose de la zona saharaui, fue un fallo de diplomático principiante.

No obstante, al terminar su intervención, el presidente de la Cámara, José Bono, le despidió con un “muchas gracias, señor ministro de Asuntos Exteriores”.

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