El juez Ruz está dispuesto a ir hasta el final en la investigación del caso Faisán

Apenas se conoce cómo es y cómo trabaja Pablo Ruz, el juez de la Audiencia Nacional que está investigando el chivatazo a ETA. Poco amigo de los actos públicos, de las entrevistas o de los encuentros en sociedad, pocos son los afortunados que han podido hablar con él sobre el caso Faisán.

Le cuentan a El Chivato que el joven magistrado madrileño, que sustituyó a Baltasar Garzón en el juzgado de instrucción número cinco, es una persona introvertida, que apenas habla de su trabajo en público.

Sin embargo, quienes han podido conversar con él en los últimos días aseguran que las bases de su trabajo son la “responsabilidad” y la “modestia”. Quiere estar alejado, explican personas cercanas a él, del foco mediático (no le gustan las cámaras) y huir de todo protagonismo.

Respecto al caso Faisán, un asunto que están en todas las portadas, el propio juez Ruz ha comentando a sus íntimos que está dispuesto a llegar hasta el final. Dice que él es un profesional, y por tanto no va a parar hasta aclarar lo que sucedió. Altos cargos policiales ya han pasado por su despacho para prestar declaración.

Su única ambición, añaden desde su entorno, es hacer bien las instrucciones que lleguen a su juzgado, con criterios estrictamente profesionales, huyendo de filiaciones de cualquier tipo.

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