“Tranquilo. Podemos empieza pidiendo la luna y acaba deshinchándose”
Pedro Sánchez ha iniciado la ronda de negociaciones con los partidos a los que pedirá su apoyo para la investidura. Y se ha dejado para el final al hueso más duro de roer: Pablo Iglesias. El líder de Podemos ha condicionado el voto a favor del PSOE a la formación de un gobierno de coalición en el que estén el mismo y sus principales colaboradores: Íñigo Errejón y José Julio Rodríguez.
Además, el ex profesor de la Complutense no ha renunciado a reclamar el “derecho a decidir” de Cataluña y otras regiones “nacionales” sobre su futuro. Un requisito indispensable para que los barones del PSOE acepten un pacto entre Sánchez y el propio Iglesias.
Al secretario general del PSOE, por tanto, se le plantea un escenario difícil de afrontar, y en el cualquier entendimiento parece aún lejano. No obstante, en los últimos días ha recibido una serie de mensajes y llamadas que le han insuflado ánimo.
Según le cuentan a El Chivato, Sánchez ha escuchado, de primera mano, la experiencia personal que tuvieron los dirigentes autonómicos que han logrado gobernar a nivel regional de la mano de Podemos o de Compromís, en el caso de Ximo Puig en la Comunidad Valenciana.
Estos barones han contactado con el líder del partido para tranquilizarle ante las exigencias de Iglesias: “Siempre empiezan muy fuerte. Piden la luna, cosas imposibles, para poner nervioso al adversario político, pero hay que tener paciencia”.
Uno de estos dirigentes ha confesado a Sánchez lo siguiente: “A mí me dijeron incluso que yo fuese vicepresidente y les dejara a ellos la presidencia. Pidieron también el control de la televisión y de las principales consejerías. Pero mi respuesta fue siempre la misma: hay que pactar un programa de gobierno, y yo saqué más votos que vosotros”.
Esa postura, que llevaron a cabo Lambán en Aragón, García-Page en Castilla-La Mancha y el citado Ximo Puig en la Comunidad Valenciana, propició que al final Podemos rebajara sus pretensiones: “Al final se deshinchan. Saben que no permitir un gobierno progresista iría en su contra, por lo que conviene esperar”.