La venta de Villa podría aliviar la situación de Bancaja, atrapada en la crisis del Valencia C.F.

Lo está pasando mal la dirección de Bancaja por los dolores de cabeza que le causa el Valencia Club de Fútbol, del que la entidad de ahorro levantina es el primer acreedor, con una deuda que se estima en el entorno de los 250 millones de euros. Así se lo cuentan a El Chivato en ámbitos financieros.

La salida a la crisis bascula entre estas dos posibilidades: o una ampliación de capital (que no quieren lo que acaban de comprar), o suspensión de pagos, una opción que sería lo último que desearía Bancaja.

Así que la inquietud en la entidad de ahorro es alta porque, si no va a la ampliación de capital, hay muchas posibilidades de que el Valencia termine en suspensión de pagos (concurso de acreedores), y, si eso ocurre, Bancaja se vería con dificultades para cobrar su dinero.

A eso se suma que el Banco de España observa con mucha atención a la caja, y sólo le faltaba que se agrandara el socavón económico por culpa de la crisis en el Valencia. Bancaja quiere cobrar al menos algo, cosa que, por ejemplo, podría hacerse si el club vende a Villa, como pide el delantero.

El dinero que se recibió por el traspaso de Albiol al Real Madrid fue destinado rápidamente a pagar nóminas de empleados.

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Bancaja presiona para que su hombre en el club, Llorente, siga como presidente de la entidad, como una de las posibilidades de recuperar algo de dinero.

Soriano, el accionista mayoritario, con el 50,3 por ciento del capital, no quiere una ampliación porque, al no poder ir a ella por falta de fondos, perdería la mayoría que actualmente ostenta, y en ese caso los extranjeros se retirarían, no se harían efectivos los pagarés…

Existe cierta opacidad sobre quién ha puesto dinero para comprar las acciones, por las que al parecer ha abonado un 25 por ciento en el acto, es decir, unos 10 millones de euros, y el resto en pagarés de la empresa que tiene en Uruguay, pero condicionados a que antes del 20 de julio sea avalado por el Banco Santander, una gestión que por el momento desconocen en el banco de Emilio Botín.