El abogado del PP lamenta que el abandono de Génova torpedee la estrategia de la defensa
El pasado 16 de febrero Pablo Casado sorprendió a todos con un doble anuncio: “Quiero anunciaros dos decisiones. Cambiaremos la sede nacional del Partido Popular de ubicación, pues considero que no debemos seguir en un edificio cuya reforma se está investigando esta misma semana en los tribunales y crearemos un nuevo departamento de ‘compliance’ que establecerá mecanismos de transparencias”.
La noticia corrió como la pólvora: el PP abandonaba su histórica sede en la calle Génova 13 de Madrid. El aviso llegaba solo un día después de que hubiera comenzado en la Audiencia Nacional -después de años de investigación- el juicio por la ‘Caja B’ del partido en la trama de corrupción conocida como ‘Gürtel’. Luis Bárcenas ha vuelto a sentarse en el banquillo con la nueva amenaza de tirar de la manta y Casado quiso dar un golpe de efecto para desvincularse del pasado.
Además de sorprender a los propios diputados del partido, a quienes no se les había comunicado la decisión, la noticia del presidente popular supuso un jarro de agua fría para el propio abogado del partido.
Jesús Santos, que había copado portadas la semana anterior por sus contactos con personas del entorno de Bárcenas antes del inicio del juicio, quedó perplejo ante el anuncio sobre la inminente mudanza. El Chivato ha podido saber que la decisión no le sentó nada bien por la trascendencia mediática que esto puede tener –afirma- de cara al juicio.
Santos tiene por delante meses de sesiones en las que su papel será defender que las reformas en la sede del PP no fueron pagadas en ‘B’ y que el partido no es culpable de ninguna de las acciones de las que se le acusa. Una postura, que una vez decidido el ‘cierre’ de Génova 13 precisamente por los escándalos, se hace mucho más difícil de sostener… al menos de cara a la opinión pública.
En el mundo judicial poca gente entiende cómo Casado no esperó al menos a tener una sentencia firme para realizar el anuncio que, ya de base, deja implícita cierta culpabilidad. Santos tendrá que hacer frente a las declaraciones de Bárcenas y de todos aquellos que acusen al partido durante sesiones que lleva preparando años. Ahora sabe que uno de los argumentos que podrá usar la acusación será, precisamente, el cambio de sede.
