Las cajeras de Alcampo se plantearon no cobrar la compra a la infanta Elena
Lunes por la mañana. El personal que trabaja en el Alcampo de la Avenida Pío XII, en Madrid, se encontró con una sorpresa inesperada, al ver entrar en el establecimiento a la infanta Elena, a la que reconocieron inmediatamente porque su cara es muy conocida: se trata de un personaje con cierto tirón popular.
La hija mayor de los Reyes iba acompañada de otra persona, y a su alrededor se movían, intentando mantener cierta discreción, hasta cinco integrantes de su escolta, formada por miembros de la Guardia Real.
La infanta se comportó por la gran superficie como una cliente más, con total normalidad, pasando de unos expositores a otros, en busca de los artículos que necesitaba. Se paró en las estanterías de productos lácteos, también en la zona donde se exponen artículos para la Navidad…
Los movimientos de la infanta Elena eran seguidos con curiosidad por el personal de la tienda. Tanto, que las cobradoras de la caja dudaron sobre si tenían o no que cobrarle la compra. Lógicamente, al final pagó los artículos, pero lo cierto es que las cajeras tuvieron dudas en los primeros momentos sobre cómo debían actuar.
