Un empresario del sector aceitero pierde hasta 22 puntos de su carné de conducir y recurre al chófer
“Parece que me ha mirado un tuerto”, se le ha oído decir en alguna ocasión. Se trata de un empresario español de postín y años de sacrificio abnegado, que ha levantado una empresa de la nada. Ahora recoge los frutos, no sin esfuerzo, y bien atento a las maniobras del Ministerio de Sanidad, que bien podrían acabar salpicándole.
Pero ahora, lo que más le preocupa no es eso sino lo de su carné de conducir. Ya se sabe: coche de alta cilindrada, carreteras amplias y semi vacías, buena visibilidad… qué mejor que dar rienda suelta al acelerador, como dicen algunos.
El caso es que su sorpresa ha sido mayúscula al comprobar cómo la Dirección General de Tráfico, sin detenerse a considerar galones o apellidos, le ha sancionado con multas por exceso de velocidad que llevarían aparejadas la retirada de hasta 22 puntos. Como sólo puede perder 12, se ha quedado a cero.
No le ha quedado más remedio que contratar, también para los desplazamientos de carácter privado, a un chófer que le lleve y le traiga.
