Extraña psicosis en Sevilla con los atropellos en las calles
Sevilla, mediados de agosto. Una extranjera se acerca al mostrador de recepción del céntrico hotel donde se aloja. Saluda al empleado, que, sonriente, le pregunta qué desea. La cliente, mapa en mano, le plantea la siguiente cuestión: “¿Es seguro caminar por la calle?”.
Su interlocutor, sorprendido, le contesta con un lacónico: “Claro, señora”. Pero la turista insiste: “quiero decir, ¿hay bolardos o maceteros? ¿hay seguridad?”.
El empleado del hotel pestañea, entre incrédulo y atónito, y vuelve a responder, intentando tranquilizar a su cliente: “por supuesto, aquí en Sevilla está usted segura, no se preocupe,puede pasear sin riesgo”.
Ella no se conforma. Sigue preguntando. La viajera insiste en conocer las zonas con más probabilidad de sufrir un ataque terrorista. Al final, el empleado termina pidiéndole el mapa y, señalando una zona de la ciudad hispalense, le explica: “mire, mientras no se acerque por aquí, usted puede ir tranquilamente por Sevilla”. El círculo que ha garabateado encierra un barrio, el de las Tres Mil Viviendas, que aloja centenares de pisos de protección oficial y registra un elevado número de casos de delincuencia.
Esta escena es real: sucedió como se ha contado. Pero lo curioso del caso es que no es la única. El Chivato ha recabado información de varios hoteles de la zona centro de la capital andaluza y ha constatado que varios extranjeros se han acercado a la recepción con peticiones idénticas.
Según explican, los atentados de Barcelona del año pasado, cuyo primer aniversario se cumple este viernes, ha creado una cierta psicosis en los turistas que visitan Sevilla con el riesgo de sufrir un ataque terrorista como los sufridos en los últimos años en importantes ciudades europeas: atropellos masivos de yihadistas a los viandantes en calles peatonales de Berlín, Niza o la propia ciudad condal.
Los empleados de los hoteles confirman que la respuesta ha sido siempre la misma: Sevilla es segura para los turistas y se han incrementado las medidas anti terrorismo en los puntos de máximo riesgo, como las zonas destinadas a los peatones.
