La fuerza de élite de la Policía se va de compras
La sucesión de atentados yihadistas cometidos en Europa en los últimos años ha obligado a elevar la alerta antiterrorista hasta el nivel 4 en una escala de 5. Esto ha llevado al Ministerio del Interior a desplegar en las calles más agentes de las Fuerzas de Seguridad y también a reforzar su armamento y elementos defensivos.
Sin embargo, en varias unidades no estaban satisfechos con este rearme. Así sucedía, por ejemplo, con agentes integrados en los GOES, los Grupos Operativos Especiales de Seguridad. Junto a los GEO, constituyen las unidades de élite de la Policía Nacional dedicadas a operaciones de gran peligrosidad, como reducir a delincuentes armados, neutralizar terroristas, proteger a personalidades, liberación de rehenes...
Según le cuentan a El Chivato, varios efectivos de los GOES llevaban meses descontentos por las “deficiencias de material” que habían detectado, sobre todo en el equipo de protección individual que porta cada uno de ellos en sus intervenciones.
Aseguran que el anterior responsable de los grupos especiales de la Policía Nacional (tanto GEO como GOES, que dependen orgánicamente del GEO) era bastante reticente a renovar el material. Sin embargo, este mando policial fue relevado en marzo. Entre denuncias de acoso laboral por parte de varios agentes, el comisario Félix Antolín Diego fue enviado a dirigir la Jefatura Superior de Policía en Castilla-La Mancha.
Para sustituirle llegó Javier Daniel Nogueroles. Ahora agentes y sindicatos policiales admiten un cambio de disposición. Sobre todo, porque el nuevo jefe está aprobando compras de nuevo material.
Hay donde invertir, explican los afectados. Como en cascos y placas balísticas, un material ya “caducado”, que ha sobrepasado los años de uso recomendados. También piden material más moderno y ligero, que les facilite más libertad de movimientos en sus intervenciones.
Con el comisario Nogueroles se ha empezado a licitar la compra de material: “esto va poco a poco”, declaran cautelosos desde sindicatos como el SUP. Todavía no se atienden todas sus reclamaciones, pero se muestran optimistas por el cambio de actitud.
