Al Gobierno no le preocupan los documentos del CNI desvelados por José Bono

José Bono, en una imagen de febrero de 2020 (Foto: Eduardo Parra / Europa Press).
José Bono, en una imagen de febrero de 2020 (Foto: Eduardo Parra / Europa Press).

Pocos ministros de Defensa han hablado en público con tanto detalle sobre el Centro Nacional de Inteligencia como José Bono. Ministro entre abril de 2004 y abril de 2006, no ha dudado en contar anécdotas y en revelar documentos de inteligencia en sus libros de memorias, en entrevistas y en actos públicos.

A principios de este año, el ex político socialista entregó a la Fundación Pablo Iglesias 20.000 documentos acumulados a lo largo de toda su vida: cartas y fotos personales, pero también misivas de su etapa política, informes militares, e incluso notas del CNI.

Las noticias que se fueron publicando sobre los documentos más jugosos hechos públicos por Bono en la web de la Fundación Pablo Iglesias acabaron provocando una pregunta parlamentaria. Jon Iñarritu, diputado de EH Bildu en el Congreso, dirigió una batería de preguntas al Gobierno.

Quiso saber si alguno de los documentos publicados tiene algún tipo de clasificación según la Ley de Secretos Oficiales; si el Gobierno había sido informado con anterioridad a la publicación de estos documentos; y si estimó que alguna de las informaciones no debía ser publicada, y, de ser así, por qué motivo.

La respuesta del Ejecutivo fue muy escueta, como es habitual cuando se le pregunta por cuestiones que se refieren a inteligencia y a materias clasificadas.

Pero dejó claro que la difusión de los documentos de José Bono no le ha preocupado: “No consta en el Gobierno, a través del Ministerio de Defensa, consulta ni información previa al respecto, y que no se ha analizado el contenido de la referida documentación”.

Es decir, que Bono no consultó previamente si podía hacer públicos esos informes y cartas, y que a posteriori el Gobierno no ha estudiado si los documentos pudieran estar protegidos por tener la calificación de “Secreto”, “Reservado”, “Confidencial”...

El fondo documental del ex ministro de Defensa abarca asuntos muy diversos. Por ejemplo, incluye un informe del entonces JEMAD Sanz Roldán con el sondeo que se había hecho entre generales sobre las polémicas palabras del teniente general José Mena en las que sugería una intervención militar si el nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña desbordaba la Constitución y ponía en peligro la unidad de España.

Bono también guardó, y ha hecho públicos, documentos del Estado Mayor del Aire sobre el accidente del avión Yak-42 en el que murieron 62 militares españoles. En su día, María Dolores de Cospedal requirió por burofax a Bono a que entregara los documentos sobre esa tragedia aérea.

 

Entre los archivos que ahora se pueden consultar en la página de la Fundación Pablo Iglesias hay información procedente del Centro Nacional de Inteligencia. Es el caso de una nota que Alberto Saiz, director del CNI, envió a Bono con una confesión que su antecesor, Jorge Dezcállar, le hizo acerca de la investigación sobre los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004.

También sobre la masacre del 11-M versa otra carta de Saiz a Bono en la que el responsable del servicio de inteligencia se quejó de la falta de comunicación hacia el CNI desde el Ministerio del Interior.

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