El jefe de la policía marítima de los Mossos y el velero incautado a unos narcos

La Unidad Acuática de los Mossos d'Esquadra, en Foc de Blanes en 2015.
La Unidad Acuática de los Mossos d'Esquadra, en Foc de Blanes en 2015.

El proyecto de lanzar una unidad marítima de los Mossos d’Esquadra se retrasa. Iba a entrar en funcionamiento este 1 de julio, pero la epidemia de coronavirus obligó a suspender los cursos de formación para los 32 agentes que iban a integrarla, por lo que se paralizó el estreno. Ahora se prevé para el año que viene.

El Govern de Torra impulsó este proyecto precisamente después de que, el año pasado, la Comisión Nacional de Coordinación de la Policía Judicial acordara que la Guardia Civil asumiera todas las funciones policiales en el mar, relegando a los Mossos y a la Ertzaintza a funciones exclusivamente administrativas en las aguas interiores marítimas.

Como defendía que el Estatuto de Autonomía le otorga competencias en las aguas costeras catalanas, el Govern puso en marcha los preparativos para convertir a los buzos de la unidad acuática que ya existía en el germen de su propia policía marítima.

El Chivato ha podido saber que, entre agentes de los Mossos d’Esquadra, se comenta con sorna el nombre del elegido para dirigir esta nueva unidad de la policía autonómica. En la Prefectura del cuerpo y en el Departamento de Interior, sin embargo, no respondieron a las preguntas de El Chivato sobre este asunto.

La gracia procede de cierto episodio del pasado que se refiere al mando en cuestión, el inspector Jordi Ollé. En 2014, la Audiencia Provincial de Girona pidió explicaciones al Juzgado número 5 de Figueras para saber por qué había permitido que un velero de bandera británica incautado a unos narcotraficantes en Rosas fuera utilizado para uso personal por este inspector de los Mossos.

Ollé tenía el velero amarrado en el puerto de L’Estartit, le había cambiado el nombre de ‘Alfresco’ por ‘Drakkar’, y había retirado la bandera británica: el barco tenía matrícula y bandera española.

La Audiencia señalaba que era una cesión anómala, porque los medios incautados a los narcos, o bien se subastan, o bien los utilizan las unidades policiales encargadas de perseguir delitos de tráfico de drogas.

El inspector Jordi Ollé Piquer se defendió. Aportó documentación para indicar que durante siete años había desembolsado un total de 30.000 euros para mantener el barco, entre el amarre, las inspecciones, los certificados de navegación, el cambio de nombres y bandera, los seguros...

Con estos antecedentes, en el cuerpo comentan que, desde luego, el inspector Ollé tiene experiencia y currículum adecuados para hacerse cargo de la unidad marítima de los Mossos d’Esquadra.

 

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