La otra lectura del fiasco del referéndum: es la primera vez que los andaluces no siguen lo que dice el PSOE
Lo sucedido en el referéndum del Estatuto de Andalucía está haciendo reflexionar a los partidos políticos. Se buscan porqués y se pretende sacar conclusiones. Sobre todo en relación con la altísima abstención registrada, la segunda más elevada de la historia de España.
Desde el PP se considera que, a pesar de todo, su apoyo al “sí” ha sido determinante precisamente para “desactivar” el texto. No solamente en cuanto al contenido (más de un centenar de enmiendas introdujeron los ‘populares’), sino también porque, al propugnar el voto afirmativo y por tanto no existir pugna entre los dos grandes partidos, el votante socialista no se ha sentido empujado a ir a las urnas.
Pero hay otro análisis que se está imponiendo, y que parece va a tener consecuencias de futuro. Es éste: en el reféndum sobre el Estatuto, ha sido la primera vez desde la transición que los andaluces no secundan los llamamientos del PSOE y le dejan en la estacada.
Al margen de que la reforma no interesara a casi nadie, y de que hubo fallos elementales de programación, como no haber enviado el texto a todos los ciudadanos, lo novedoso es precisamente esos oídos sordos a la campaña de los socialistas, algo que está preocupando en la sede de Ferraz.
