La lía con la devolución de la casa a los divorciados, y se jubila

El magistrado José Antonio Seijas Quintana (Burgos, 1948) lleva semanas recibiendo homenajes con motivo de su inminente jubilación. Cumple 70 años y la ley del poder judicial le fuerza a ser cesado al llegar a la edad límite.

Llegó al Tribunal Supremo en 2005, cuando fue nombrado miembro de la Sala Primera de lo Civil. Es miembro de Jueces y Juezas para la Democracia. Ha participado en importantes recursos como el de las cláusulas suelo. Pero la última sentencia de la que ha sido ponente es la del pasado viernes, que dictamina que la convivencia de uno de los cónyuges con una nueva pareja extingue el derecho de uso de la vivienda familiar tras el divorcio.

El fallo ha provocado bastante revuelo en entornos jurídicos y en no pocas ex parejas que viven esta situación de primera mano. Los despachos de abogados ya vaticinan una avalancha de recursos para que un miembro del matrimonio recupere la vivienda que antaño fue suya. O el nuevo inquilino y pareja corra con los gastos.

Pues bien. El Chivato ha escuchado entre compañeros de carrera de Seijas algunos comentarios sobre la sentencia, de la que ha sido ponente, en estos términos: “vaya herencia dejas, José Antonio”, en un tono medio guasón, medio serio.

Y es que el Boletín Oficial del Estado hizo público el lunes el cese definitivo de Seijas de la carrera judicial. Es decir, el magistrado ha abandonado por completo el Supremo, con lo que las críticas y quejas de los afectados por esta sentencia no le llegarán a él, sino a sus antiguos compañeros de Sala.

“Se ha ido por la puerta grande”: otro de los comentarios sarcásticos que se escuchó entre sus conocidos sobre el fallo de los divorciados y su jubilación.