La lista de gays y lesbianas que enfadó a Vasile
El diario El Mundo publica cada año, a finales de junio y con motivo del ‘día del orgullo gay’, una lista con los cincuenta homosexuales más influyentes de España. En la de este año, el juez Fernando Grande-Marlaska ha obtenido el primer puesto.
Esta práctica anual que realiza el periódico de Unidad Editorial le ha traído algún que otro problema, ya que en esa lista ha habido personas que no querían aparecer.
Incluso, a El Chivato le cuentan que la publicación de la lista llevó hace no mucho tiempo a que Mediaset rompiera relaciones con el diario El Mundo y con su entonces director, Pedro J. Ramírez.
Sucedió en 2010. El Mundo publico la lista de gays y lesbianas más influyentes e incluyó en ella a la entonces presentadora de ‘La Noria’ Sandra Barneda, con el añadido de una entrevista a la periodista.
El problema surgió cuando la cúpula de Mediaset tuvo conocimiento de cómo El Mundo gestionó esa entrevista. Un colaborador del periódico consiguió, a través del departamento de comunicación de Mediaset, un encuentro con Barneda. Las únicas preguntas que le hizo fueron profesionales, sobre su trabajo en la televisión, y no hubo ninguna cuestión sobre su condición sexual.
La sorpresa de la presentadora vino cuando se encontró con su rostro en ‘La Otra Crónica’ presentándola como una de las lesbianas más influyentes.
Cuando el propio consejero delegado, Paolo Vasile, tuvo conocimiento de lo sucedido, ordenó romper relaciones con El Mundo.
Esta situación se prolongó durante varios meses, tiempo en el que los periodistas del periódico de Unidad Editorial tuvieron muy difícil acceder a las informaciones sobre Mediaset y hablar con portavoces oficiales.
La propia Sandra Barneda explicó así lo sucedido en una entrevista en Vanity Fair:
-- “En ‘El Mundo’ la incluyeron en su lista de gays y lesbianas influyentes y le molestó. ¿Qué ocurrió exactamente?”
-- No fue así. Me hicieron una entrevista donde, como siempre hago, no hablé de mi vida privada. Y me sacaron en primera página de su suplemento sobre el Orgullo Gay con una fotografía de mi pareja. Pusieron que estaba casada, cuando no lo estaba, y hablaron abiertamente de mi sexualidad. A partir de ahí todo el mundo dio esa información por válida. Xavier Sardá fue el único que me lo preguntó para contrastarlo. El Mundo había sacado los datos de una gran fuente periodística llamada Wikipedia.
