Margarita Robles le levanta el ‘castigo’ al ex número dos del Ejército de Tierra

El general de Ejército Varela, Margarita Robles y el teniente general Miguel Martín Bernardi.
El general de Ejército Varela, Margarita Robles y el teniente general Miguel Martín Bernardi.

El Ejército de Tierra vivió el mes de octubre ciertas turbulencias internas por el relevo de su cúpula. La ministra de Defensa cesó al Jefe de Estado Mayor del Ejército (JEME), general de Ejército Francisco Javier Varela Salas, que llevaba tiempo esperando la ‘jubilación’.

Margarita Robles nombró en su lugar a Amador Fernando Enseñat y Berea. Pero lo que provocó bastante sorpresa entre altos mandos militares fue que, al mismo tiempo, cesó al Segundo Jefe de Estado Mayor del Ejército, el teniente general Miguel Martín Bernardi, y designó para ese puesto al teniente general Carlos Palacios Zaforteza.

El cese de Bernardi indignó a muchos compañeros. Lo habitual es que, en caso de relevo del Jefe de Estado Mayor de un ejército, el 2º JEME permanezca unos meses en el cargo, para facilitar la transición y asesorar en su aterrizaje al nuevo JEME, antes de que éste elija a su número dos.

No fue así en el Ejército de Tierra. Hasta el afectado, el teniente general Martín Bernardi, reaccionó a su cese con un espontáneo “Pero ¿qué he hecho?”. Sólo le quedaban tres meses para pasar a la reserva, según los tiempos de permanencia en el empleo de teniente general. No los pudo cumplir como 2º JEME.

En el Ejército de Tierra se da por supuesto que el cese de Martín Bernardi no fue idea el nuevo JEME Enseñat, sino decisión personal de Margarita Robles. En estas páginas ya se contó que el bloqueo al ascenso del general de Brigada (ya de División) Marcos Llago, ex jefe de la Brigada de la Legión, estaba relacionado con ello.

Pues bien. Aunque no le permitió llegar al pase a la reserva en su puesto de 2º JEME, Robles sí ha concedido cierta compensación a Miguel Martín Bernardi.

El teniente general pasó a la reserva este mes de enero. El 28 de ese mes, la ministra de Defensa firmó una orden ministerial por la que nombró a Martín Bernardi vocal de la Asamblea de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.

Esta orden, que tiene al rey Felipe como soberano, tiene por finalidad “recompensar y distinguir a los oficiales generales, oficiales y suboficiales del Ejército de Tierra, de la Armada, del Ejército del Aire, de los Cuerpos Comunes de las Fuerzas Armadas y del Cuerpo de la Guardia Civil, por su constancia en el servicio y la intachable conducta, a tenor de lo que establecen las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas”.

La asamblea permanente de la orden asesora ala ministra de Defensa en la elaboración de normas sobre recompensas militares o que afectan a las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas, y propone las resoluciones de ingreso, ascenso y baja en la orden.

 

Los vocales de esta asamblea son de dos tipos. Pueden serlo quienes hayan ejercido el cargo de Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), Jefe de Estado Mayor de la Armada (AJEMA), Jefe de Estado Mayor del Ejército del Aire (JEMA) o Jefe del Cuarto Militar de la Casa del Rey.

Además, hay siete vocales que son oficiales generales en situación de reserva y en posesión de la Gran Cruz, tres de ellos, al menos, con el empleo de teniente general o almirante, general de División o vicealmirante.

En la asamblea hay dos ex JEMAD (Fernando Alejandre y Miguel Ángel Villarroya, este último desde su destino en Washington), ex jefes de Estado Mayor de Tierra (Varela Salas), de la Armada (Jaime Muñoz-Delgado) y del Aire (Francisco Javier Arnáiz), y un ex jefe del Cuarto Militar (Juan Ruiz Casas), y otros generales o almirantes de Tierra, Armada, Aire y Guardia Civil.

Martin Bernardi cubre el puesto de vocal que dejó libre el teniente general Teodoro Baños al pasar a la situación de retiro. Baños fue jefe del Mando de Personal del Ejército de Tierra.

Hay señalar, ante la polémica que suscitó el cese del 2º JEME, que uno de los requisitos exigidos pasar ingresar y ascender en la orden es “haber observado una conducta intachable a tenor de lo que establecen las Reales Ordenanzas de las Fuerzas Armadas”.

Así que cabe suponer que esa misma conducta intachable la ha apreciado ahora la ministra Robles al firmar la orden ministerial de nombramiento del teniente general en la reserva Martín Bernardi, que ya ha tomado posesión del puesto.

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