Margarita Robles se lleva a la directora del CNI a visitar unidades militares
La agenda de la ministra de Defensa incluye con frecuencia visitas a bases e instalaciones de las Fuerzas Armadas. Desde que asumió el cargo, hace ya cuatro años, Margarita Robles se ha mostrado muy interesada en conocer de primera mano las unidades del Ejército de Tierra, la Armada, el Ejército del Aire, la Unidad Militar de Emergencia y los Cuerpos Comunes, y comprobar cómo viven y trabajan los militares.
Es habitual que a estas visitas asista acompañada de algún alto cargo: el secretario de Estado de Defensa, el subsecretario (en este caso, sobre todo cuando son cuestiones relacionadas con la enseñanza o con la Sanidad Militar), el Jefe de Estado Mayor del ejército en cuestión… además del jefe del gabinete de la ministra (un civil) y del jefe del gabinete técnico (un militar).
Lo que no es nada usual es que la ministra de Defensa visite bases, instalaciones o unidades acompañada del director del CNI. Sin embargo, es lo que ocurrió este pasado lunes, algo que, según ha sabido El Chivato, ha extrañado a algunos militares.
Margarita Robles acudió el lunes, día 25, a la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid). Allí hizo dos visitas: al Centro de Operaciones Aéreas Combinadas (CAOC) de la OTAN, que dirige un teniente general español, del Ejército del Aire; y al Cuartel General de la Unidad Militar de Emergencias (UME).
Las notas que difundió en su web el Ministerio de Defensa de las dos visitas citan, en ambos casos, que Robles acudió “acompañada por Esperanza Casteleiro, directora del CNI”.
En las fotos se ve a la responsable del Centro Nacional de Inteligencia sentada al lado de la ministra, atendiendo, tanto a las explicaciones sobre las operaciones de defensa aérea de la OTAN que se coordinan desde el Centro de Operaciones Aéreas Combinadas, como a los detalles sobre la evolución de la campaña contra los incendios y el despliegue de la UME contra el fuego.
En el Centro de Operaciones Aéreas Combinadas, a Casteleiro le colocaron un letrero con su nombre y las siglas “SEDCNI”, abreviatura de “Secretaria de Estado-Directora del Centro Nacional de Inteligencia”.
En principio, ni el Centro de Operaciones Aéreas Combinadas ni la UME están muy vinculados a la misión del CNI: si acaso, algo la defensa aérea de la OTAN, pero menos los incendios forestales. No es nada habitual que la directora del servicio de inteligencia acompañe a la ministra de Defensa en este tipo de actos.
Esperanza Casteleiro realizó muchas visitas con la ministra a unidades militares durante los casi dos años que fue secretaria de Estado de Defensa. También acompañó a Robles durante los dos años anteriores en que ocupó el cargo de directora del gabinete de la ministra.
Ni Paz Esteban ni Félix Sanz Roldán, sus predecesores en la dirección del CNI en la etapa de Robles, solían asistir con la ministra a estos actos en instalaciones de las Fuerzas Armadas.
Sólo acudían a tomas de posesión en el ministerio, desfiles de la Fiesta Nacional y del Día de las Fuerzas Armadas, o actos muy significativos, como el homenaje a los participantes en la misión en Afganistán, en la que sí tuvo una implicación importante el CNI.
Casteleiro ya asistió hace un mes, como directora del CNI, al acto de clausura del Curso de Estado Mayor, presidido por el rey. El pasado viernes, 22 de julio, estuvo en la imposición de Grandes Cruces del Mérito Militar y del Mérito Naval a tres embajadores españoles, en el Ministerio de Defensa.
La responsable del servicio de inteligencia acababa de volver del viaje que realizó en el buque escuela de la Armada, el ‘Juan Sebastián de Elcano’, entre Marín y Cádiz, travesía que había completado el día anterior.
Esperanza Casteleiro es persona de la máxima confianza de Margarita Robles, e incluso tienen amistad personal. La ministra la ha tenido a su lado como jefa de gabinete y como secretaria de Estado. Al estallar la polémica del ‘caso Pegasus’, y una vez que Pedro Sánchez decidió sacrificar a Paz Esteban, Robles pensó en Casteleiro para dirigir el CNI.
Así mantenía su compromiso de que el director del centro fuera alguien “de La Casa”, con larga carrera en el servicio de inteligencia, y además situaba en un puesto tan sensible a una persona de su círculo más próximo.
