Al mecenas de Puigdemont le va a salir caro ser senador

Carles Puigdemont, en un pleno del Parlament.

Un año y medio después de huir con Carles Puigdemont a Bélgica, el empresario y amigo del ex president, Josep Maria Matamala, ha regresado este martes a Cataluña como senador electo. No ha sido arrestado porque, aunque está imputado por encubrimiento en la Audiencia Nacional, no hay orden de detención.

En principio, Matamala tiene previsto permanecer en España hasta el 26 de mayo, cuando regresará a su actual residencia en Waterloo. Por lo tanto, el empresario tendrá que desplazarse desde la ciudad belga hasta Madrid cada vez que quiera asistir a un pleno del Senado, con el coste de desplazamiento que ello supone.

Según ha escuchado El Chivato en ambientes parlamentarios, el entorno de Josep Maria Matamala se ha interesado estos días por conocer quién se hace cargo de esos viajes de los senadores. Funcionarios de la Cámara Alta han sido claros y han zanjado que el Senado establece únicamente tres tipos de desplazamiento.

De un lado, los traslados que el senador realiza entre la circunscripción por la que fue elegido (en este caso, Girona) y Madrid (sede de la Cámara Alta). De otro, los que se producen a otra circunscripción distinta, “para realizar actividades de naturaleza política, sectorial o de representación institucional”.

Especifican que se contempla un último escenario: que el senador se desplace a realizar “una actividad de representación del Senado”, como pueden ser los viajes de delegaciones y comisiones parlamentarias.

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El Chivato ha podido confirmar que el mensaje que se ha hecho llegar a Matamala es que “la realización de cualquier desplazamiento para un objeto que no guarde relación con el ejercicio de la labor política o parlamentaria no podrá ser imputada al Presupuesto de la Cámara, debiendo abonarse por el senador”.