Los militares le toman la palabra a Sánchez con la “soldada”
El uso automático del “lenguaje inclusivo”, doblando los sustantivos para mencionar también el femenino, le pasó una mala jugada a Pedro Sánchez en su visita a Lituania, hace unas semanas. Al referirse a los militares españoles de la misión de la Policía Aérea de la OTAN en el Báltico, habló del destacamento de “soldados y soldadas” españoles.
El vídeo de la comparecencia de Sánchez en la base de Siauliai circuló por grupos de WhatsApp y redes sociales en tono de mofa. Pero hay quienes no se han tomado a broma el lapsus del presidente del Gobierno, según ha podido comprobar El Chivato.
Es el caso de la Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas (Asfaspro), una de las asociaciones presentes en el Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas.
A raíz de ese “soldados y soldadas españoles” de Pedro Sánchez, desde Asfaspro lanzan una pregunta con intención: “¿Para cuándo una soldada digna?”.
Esta asociación de suboficiales lamenta que la referencia del presidente del Gobierno “podría haber sido una buena noticia si hubiera sido una manifestación de preocupación por la soldada que reciben los soldados, pero no era así”.
Por contra, “resulta que la realidad no es esa y que se había colado en el discurso una ultracorrección. Un error, vamos”, señala Asfaspro, que apunta que Sánchez “no había caído en la cuenta de que ‘en los ejércitos no hay hombres ni mujeres, hay estrellas y galones’”.
La asociación de la Escala de Suboficiales recuerda a Pedro Sánchez otros casos de los distintos significados que tienen términos militares si se ‘feminizan’: “No es lo mismo un o una general (sea hombre o mujer) que una generala (toque de alarma)”, por ejemplo.
Tampoco es lo mismo una coronel que una coronela (bandera de un regimiento), una capitán que una capitana (la nave desde la que se comanda una flota), una sargento que una sargenta (alabarda que llevaba el sargento), ni mucho menos la soldada (el sueldo que percibe un militar)”.
Al llegar a la soldada, afirman que “nos duele, porque el adjetivo que acompaña actualmente a la soldada es paupérrima (de pobre): los y las soldados recibimos una soldada paupérrima. Esa es la triste realidad”, y lo que a su juicio “debería preocupar al presidente del Gobierno y a todos los ministros”.
Asfaspro destaca que “no se trata de una cuestión lingüística; lo que preocupa a nuestras mujeres y a nuestros hombres de uniforme es llevar cada mes una nómina digna con la que atender a su familia”.
Denuncia que “la soldada que recibimos hace que estemos, con diferencia, en el furgón de cola del personal de la Administración; las comparaciones con quienes desempeñan ocupaciones similares en el ámbito de la seguridad son, sencillamente, insultantes”. Eso sí, “los militares recibimos día sí día también elogios y buenas palabras, lástima que no nos las admitan como medio de pago al comprar el pan”.
En su reflexión sobre “soldados y soldadas”, Asfaspro lanza una pregunta a Sánchez: “¿Es consciente el presidente del Gobierno de que un teniente piloto de un Eurofighter [como el que despegó a toda prisa interrumpiendo la rueda de prensa de Sánchez] cobra menos que un guardia civil raso?”.
Insisten: “Un personal altamente cualificado que lleva los mandos de uno de los aviones más modernos de la OTAN y a quien se exige un tiempo de reacción mínimo. ¿Es consciente el presidente del gobierno de la paupérrima soldada que perciben los militares españoles, que resulta escandalosamente escasa en comparación con el altísimo coste de la tecnología que tienen que manejar?”.
Así que reclaman a Sánchez que inicie “la justa dignificación de las retribuciones militares incluyendo partidas para ello en los Presupuestos Generales del Estado para 2022”. Concluyen que “ya no hay excusas para empezar a configurar una soldada digna”
