El ministro Escrivá salva la cara a Pedro Sánchez
El real decreto que regula el ingreso mínimo vital ha entrado en vigor este lunes y, según anunció hace una semana el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el 26 de junio deberán cobrar esa prestación alrededor de 255.000 españoles.
La normativa establece que los ayuntamientos de más de 20.000 habitantes asuman los trámites burocráticos, y que el Instituto Nacional de la Seguridad (INSS) se encargue solo de la resolución.
La puesta en marcha del ingreso mínimo vital este mismo mes de junio amenaza con colapsar de nuevo la administración, en este caso municipal, tanto desde el punto de vista operativo como económico.
El nuevo subsidio ha llegado en un momento en el que los servicios sociales de los ayuntamientos se encuentran completamente desbordados con la gestión de las ayudas de urgente necesidad por la pandemia.
Por si esto fuera poco, el Gobierno todavía no ha dado instrucciones precisas a las comunidades autónomas y a los consistorios sobre el protocolo a seguir, la financiación con la que cuentan y los recursos personales y materiales de que dispondrán. Y el tiempo apremia.
Una situación que ha desatado los nervios en la Seguridad Social, porque los plazos prometidos por Pedro Sánchez son muy ajustados. Se corre el riesgo real de que no se lleguen a cumplir.
Sin embargo, El Chivato ha podido escuchar en ámbitos del Consejo de Ministros que José Luis Escrivá se ha propuesto salvar la cara a Sánchez para que el presidente del Gobierno pueda cumplir los plazos que anunció, en una de sus comparecencias semanales en Moncloa, para el cobro de la ayuda estrella del Gobierno frente a la crisis.
El ministro de Seguridad Social prevé mantener, previsiblemente este jueves, una reunión por videoconferencia con los alcaldes de las principales ciudades españolas para abordar el ingreso mínimo vital con el objetivo de que “no sea un fracaso”.
“Un gesto de delicadeza y sensibilidad de un miembro del Gobierno”, incluso a juicio de algunos destacados alcaldes del PP, como el de Madrid, José Luis Martínez Almeida.
