Las precauciones de seguridad de los etarras de la T-4 y los errores de principiante que cometieron

La declaración que hizo ante la Guardia Civil el etarra Mattin Sarasola, uno de los que volaron la Terminal 4 de Barajas, ha puesto de relieve las exigentes medidas de seguridad que aplican los terroristas. Pero también los fallos de principiantes que cometieron

Uno de las precauciones “obligadas” fue que compraron teléfonos móviles nuevos, y por tanto no localizados, que fueron los que utilizarían durante el traslado del coche-bomba y para las llamadas avisando de su colocación. Antes del atentado Igor Porto y Mattin viajaron hasta Madrid en coche para reconocer el itinerario, pero no por la ruta principal, sino por Ólvega y Almazán, siempre por carreteras provinciales.

El traslado del vehículo con la carga explosiva se hizo en una especie de caravana, en la que marchaba por delante, en motocicleta, Miguel San Sebastián; luego, Sarasola al volante del coche; y detrás, en otro coche, Igor Portu. La precaución adoptada, por indicación de la dirección de la banda, fue que llevaran consigo bidones de gas oil, con el fin de no tener que parar en gasolineras para aprovisionarse y así evitar detenciones peligrosas o cámaras de vigilancia. El combustible fue adquirido antes en su pueblo, en Lesaca, y los bidones arderían en la explosión.

Y un error de principiantes fue que el tercer coche, el que iba detrás, era del padre de Igor Portu. Fuentes de la lucha antiterrorista señalan que fue un grave fallo, porque en todas las imágenes de cámaras de televisión existentes durante el trayecto aparecería siempre ese mismo vehículo detrás del coche-bomba, un vehículo del que era muy fácil averiguar el propietario y llegar así hasta Igor Portu, ahora detenido.

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