Los problemas de Florentino Pérez para mantener libres las tres entradas de garaje de su ‘mega residencia’ en Madrid. El último incidente
El presidente de ACS y del Real Madrid, Florentino Pérez, está encantado con su nueva residencia en el Barrio de Salamanca de Madrid, inaugurada hace más de un año. El complejo residencial de viviendas de lujo fue diseñado para ofrecer una casa a sus hijos, con lo que la satisfacción es plena.
Sin embargo, según le cuentan a El Chivato, el constructor está teniendo alguna dificultad para mantener despejadas las tres entradas de garaje con las que cuenta esa ‘mega residencia’. El motivo es bien simple: no tiene vado permanente en todas las puertas y los responsables de seguridad se las ven y se las desean para liberar los accesos.
Uno de los problemas es que, a pocos metros, se encuentra un conocido sanatorio, con instalaciones de urgencias, servicio de análisis clínico, TAC, resonancias magnéticas, ecografías, radiología y rehabilitación. De ahí que el trasiego de enfermos y familiares sea constante. Principalmente, a la búsqueda de sitio donde aparcar.
Hace unos días se produjo un incidente cuando un vehículo aparcó delante de la puerta de uno de esos tres accesos a la residencia de Florentino Pérez. No había terminado de cuadrar el coche, cuando un guardia de seguridad se dirigió hacia él y, en tono imperativo, le indicó que allí no se podía estacionar.
El asombrado conductor buscó la señal de vado y, como no la encontró, explicó al uniformado que tenía todo el derecho del mundo a dejar allí su vehículo. Las palabras del guarda fueron a más, ante lo cual el dueño del coche se plantó y dijo que no lo retiraba.
No había pasado un minuto, cuando de la casa salió otra persona, de buena presencia, vestido de traje oscuro, con una actitud completamente distinta. En tono amable y conciliador, le indicó que efectivamente no había placa del ayuntamiento reservado, pero que era un grave contratiempo para los habitantes la presencia allí de un coche.
Le pidió disculpas por el tono empleado por su compañero y le rogó que, si era tan amable, buscara otro lugar donde aparcar. Ante el cambio de actitud, el conductor buscó otro sitio.
Los problemas con los accesos a los tres garajes vienen de atrás. Ya contó ECD que los servicios del ayuntamiento de Madrid cambiaron de lugar una farola que interrumpía el acceso a uno de ellos. La corrió unos metros, a pesar de que estaba antes que la nueva residencia.
