Quim Torra no se siente seguro con la policía “de Madrid”
Quim Torra realizó una demostración de autoprotección, con motivo de su presencia ayer, en Madrid, como protagonista del desayuno político organizado por Europa Press: se trajo consigo una guardia personal de casi una decena de Mossos d'Esquadra.
Los agentes, de paisano y todos ellos con “pinganillo” en el oído, se situaron de pie y visiblemente a los lados de la mesa presidencial y en otros lugares en la sala, los había en el pasillo y vestíbulo del hotel, y también a la puerta, en la calle. Algunos de los asistentes llegaron a comentar: “Se ve que no se siente muy seguro con la policía ‘de Madrid’”.
Durante la presentación, se puso énfasis en su condición de editor, y de autor de una docena de libros sobre historia de Cataluña, y el propio President no dejó de recordar su condición anterior de ejecutivo en Suiza de la compañía de seguros Winterthur.
Afirmó que una sentencia del 1-O condenatoria “nos llevará a una nueva etapa de lucha por la independencia”, y se le entendió que tenía ya diseñada una reacción, a nivel internacional, institucional (con implicación de todas las instancias, incluidos el Parlament, ayuntamientos, organizaciones culturales y ciudadanas...) y, por supuesto, en las calles, con grandes movilizaciones.
Habló de una respuesta “fuerte” y “de todos”, y también de “tener la iniciativa”, no limitarse a ser reactivos.
Torra aludió a “resistencia no violenta” a lo Luther King, e incluso citó el caso de los enfrentamientos en Hong Kong, además de hablar del precedente independentista de Kosovo. Negó repetidamente que en Cataluña exista un problema de convivencia.
Criticó el tratamiento que le dan los medios de Madrid, descalificó a Pedro Sánchez por haber pasado el mes de agosto sin hacer nada por asegurar la investidura, e insistió en la apuesta republicana diciendo que un 80% de los catalanes no reconocen a la monarquía.
En el turno de preguntas escuchó cuestiones que le resultaron incómodas, a algunas de las cuales respondió con evasivas, como cuando le plantearon si los españoles tienen derecho a defender la integridad territorial de España.
Algunas de sus afirmaciones recibieron aplausos, pero limitados casi siempre a tres o cuatro mesas, las más cercanas, ocupadas por representantes y miembros del independentismo del ámbito de Convergencia.
