El terrible recuerdo de uno de los GEOs que asaltó el piso de Leganés con islamistas

El piso de Leganés tras la explosión realizada por los terroristas en abril de 2004.
El piso de Leganés tras la explosión realizada por los terroristas en abril de 2004.

El 3 de abril se cumplieron once años de la muerte del subinspector Francisco Javier Torronteras, miembro del Grupo Especial de Operaciones (GEO) del Cuerpo Nacional de Policía, que lideró el asalto al piso de Leganés donde se ocultaban siete de los autores del atentado terrorista de Atocha, perpetrado el 11 de marzo de 2004.

El aniversario de la muerte se produjo en plena Semana Santa y, quizá por eso, no tuvo en los medios de comunicación el eco que los compañeros de Torronteras esperaban: apenas nadie se acordó de ese aniversario.

El Chivato ha tenido acceso al testimonio de uno de los GEOs que acompañaron al subinspector en aquel operativo.

El agente relata cómo Torronteras aguardaba ese día, junto al portal del piso de Leganés, la llamada de un superior, “al que iba a llamar un político”, esperando instrucciones. Cuando la comunicación finalmente se produjo, el subinspector agachó la cabeza, cerró los ojos, y confirmó lo que muchos temían oír: “Tenemos que entrar”.

A continuación, seleccionó a cinco compañeros para subir con él hasta la primera planta del edificio, donde se situaba la vivienda en la que estaban los seis terroristas. Tras volar la puerta del piso y entrar en su interior, se inició un intercambio de tiroteos, con Torronteras al frente y muy cerca de los yihadistas. Fue entonces cuando se produjo la explosión que costó la vida al subinspector, como resultado de que una esquirla metálica le seccionó el femoral.

El GEO cuyo testimonio escucha ahora El Chivato lo recuerda así: “Todo se volvió de color blanco. No se veía nada”.

Cuando el polvo fue cayendo de nuevo al suelo, comprobó enseguida que Torronteras se encontraba gravemente herido.

Tampoco puede olvidar el rostro, “completamente pálido”, de otro compañero que se hallaba casi al lado del subinspector en el momento de la explosión: “Su cara era de dolor y de horror por lo que había pasado”.

El impacto de ver a Torronteras en el suelo distrajo a este otro agente de sus propias heridas: “Tenía una hemorragia que le salía de los oídos, resultado del estallido, pero no se dio cuenta hasta que nosotros se lo dijimos”.

 

Ahora, 11 años después, los cinco geos que estuvieron junto al subinspector recuerdan a  Francisco Javier, cuya acción, aseguran, “es heroica y merece el reconocimiento de toda la sociedad española”.

Por eso han echado de menos un recuerdo el pasado 3 de abril, once años después.

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