Trapero sucumbe a la ‘maldición’ del cargo de Mayor de los Mossos

Josep Lluís Trapero pasa revista a un escamot de honor de los Mossos d'Esquadra.

El conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, ha comunicado al Mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, su cese al frente de la policía catalana. En su lugar ha colocado al hasta ahora responsable de la región policial de Tarragona, Josep María Estela.

Estela será el quinto cambio en la dirección del cuerpo autonómico en cinco años. Desde el 2017, año del referéndum del 1-O, el jefe de los Mossos no aguanta más de doce meses en el puesto. Le ocurrió al propio Trapero en 2017, a Ferran López en 2018, a Miquel Esquius en 2019, a Eduard Sallent en 2020 y ahora de nuevo a Trapero, en el 2021.

Según ha escuchado El Chivato estos días a altos cargos de la Generalitat, Trapero ha sucumbido por tanto a la ‘maldición’ del puesto de Mayor de los Mossos, que en los últimos tiempos no logran mantenerse ni un año en el cargo.

La complejidad radica, explican, en conjugar la dirección de un cuerpo policial que tiene la obligación de cumplir las leyes con estar sometido a unos mandos políticos que les instan a desobedecerlas. Por todo ello, el papel de Josep Lluís Trapero el 1-O fue tan equidistante y casi le cuesta la cárcel.

Además, admiten que el relevo de Trapero se veía venir desde hacía mucho tiempo. Ni ERC, ni Junts per Catalunya le perdonan que admitiera en sede judicial que tenía un plan diseñado para detener a todo el Govern de la Generalitat tras la declaración unilateral de independencia de Carles Puigdemont en octubre de 2017.

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Recuerdan que Trapero ha pasado de ser un “héroe” tras los atentados de la Rambla, cuando los ciudadanos lanzaban flores a los coches de los Mossos, a ser repudiado como “colaborador del españolismo” por defender la actuación de sus agentes como policía judicial, o por algunos gestos de cortesía con el rey Felipe VI en sus visitas a Cataluña, como en la última entrega de despachos judiciales en Barcelona.