El trasfondo de la dimisión de Lourdes Cavero, mujer de Ignacio González
La dimisión de Lourdes Cavero, mujer de Ignacio González como vicepresidente de CEIM, es una pieza cobrada por el rival de Arturo Fernández, el candidato Hilario Alfaro, pero no le servirá para ganar las elecciones de CEIM el 24 de marzo. Es lo que escucha El Chivato en fuentes empresariales madrileñas.
La jugada ha sido dolorosa, pero benéfica, para Arturo Fernández y para Ignacio González. Se trataba de matar dos pájaros de un tiro, y no solo de quitar un incordio a Arturo. Ha sido una maniobra para restar presión a Ignacio González, y hacer un favor a Arturo, al que estaban desgastando las gentes del candidato Hilario Alfaro con mucha efectividad.
En el entorno de Arturo Fernández se comenta: “Con lo de Lourdes, Alfaro encontró un punto flaco y lo ha utilizado a fondo. No te haces idea del daño que nos estaba haciendo: era un run run diario, una tocadura de narices diaria en la prensa y en las organizaciones patronales”.
El asunto estaba en la prensa desde hacía semanas, y algunos empresarios le decían a Arturo: "Tienes a la mujer de un político en la patronal con un sueldazo, y encima sospechosa de corrupción y delito fiscal. Estas dando una imagen de que estamos vendidos al PP, que es lo que va diciendo por ahí tu rival, Alfaro, a todas horas. No podemos aparecer juntos y revueltos con políticos . Estamos con el PP por afinidad , pero tenemos muchos autónomos y pymes que votan izquierda y les cabrea mucho tener esa promiscuidad con el PP. ¡Coño ,es que es obsceno: no guardamos ni las formas! ¿Así piensas ganar las elecciones del 24 de marzo?”.
En la última reunión de ejecutiva de CEIM hubo más que palabras con el asunto. Segurado, que es fundador de la CEIM, estuvo bronco con Alfaro y con el tema, diciendo que era sacar cosas personales desagradables. Hubo gente que se encaró con Alfaro por el asunto Lourdes. "Alfaro se defendió echando la culpa a la prensa, con la boca pequeña, cuando sabemos que va largando del tema Lourdes por todas partes", escucha El Chivato entre las gentes de Arturo.
Cuentan también que empezaba a haber mal ambiente con la presencia de Cavero. Ella no participaba en reuniones más 'políticas', por ser la mujer de quien es. La situación era muy rara. Desde la zona de Arturo Fernández se comenta: "Arturo no podía echarla; era un corte para él, enfrentarse a Ignacio González, porque encima son amigos. Así lo mas diplomático era que Lourdes dimitiera diciendo que no quiere ser motivo de desgaste para nadie ni objeto de crítica para terceros. Queda como cosa suya. Y siguen siendo amigos. Además, con las relaciones que tiene este matrimonio, ella se pone a trabajar en 48 horas en otro sitio”.
Ignacio González tenía también que quitarse presión mediática, eliminando la polémica de su mujer. Lourdes hizo una carta de dimisión el viernes y Arturo lo admitió y listo.
Y a Ignacio sacrificar a su mujer le viene bien. “Lo va a vender como un sacrificio personal y lo va a rentabilizar. Fíjense ustedes lo buena que es que ha dimitido para no dar que hablar”, afirman.
También comentan que González tiene demasiados frentes abiertos como presidente de la comunidad y candidato a las autonómicas de 2015. Ha de ir cerrando frentes y hacerse candidato sólido, y no lo tiene nada claro. Las críticas a su mujer como vicepresidente de la CEIM (no tiene un currículo empresarial ) y con un sueldazo de 120.000 euros (el único vicepresidente que cobraba), más el incordio del ático de Marbella, con acusaciones a Lourdes de blanqueo y de delito fiscal (conexión Gürtel), eran demasiados elementos de desgaste.
Ignacio González no está bien visto en Génova, se lleva mal con Montoro, al que critica por el tema de la financiación autonómica constantemente. Y otra cosa que la gente olvida: Ignacio es hijo políticamente de Esperanza Aguirre, que sigue marcando distancias con Rajoy constantemente. Eso le va a pasar factura, apunta en el entorno de Arturo Fernández.
Alfaro ya sabe que Rosell y el aparato patronal van a remar por Arturo a fondo. A Alfaro le votan los comerciantes madrileños y punto pelota, concluyen.
