ANA ORAMAS ha sido alcaldesa, diputada regional, viceconsejera del Gobierno de Canarias, y lleva doce años en el Congreso de los Diputados como voz y voto de Coalición Canaria, “un partido nacionalista y progresista” acostumbrado a negociar y consensuar para que el archipiélago sea “un asunto de Estado”

Ana Oramas: “La nueva política y las redes sociales lo han dinamitado todo”

Ana Oramas llegó a la política sin querer, pero el destino quiso darle cancha como concejala de carnavales justo en Santa Cruz de Tenerife. Despegó en vertical hasta convertirse en una dama sin careta en esta carroza de la política que “antes era dura”, pero ahora es “miserable”. Con su título de Economía ‘cum laude’ bajo el brazo fue de las finanzas a la arena pública pasando por todas las gradas de lo que unos llaman política y otros, coliseo. Alcaldesa in pectore de La Laguna. Firme, decidida, clara. En 2008 sustituyó a Paulino Rivero en el Congreso de los Diputados, y desde entonces ha sido la voz de toda Canarias y la llave de cuatro gobiernos de España. Le dijo “no, no y no” a Pablo Iglesias en la investidura de Pedro Sánchez, porque “en Canarias, Podemos es Venezuela”. Voto de conciencia. Abierta. Empática. Luchadora. Sube los audímetros cuando habla en plata. Es la transversalidad del Grupo Mixto. Experta en negociar dejando para el final las líneas rojas. Lectora. ‘Radiófila’. Chef. Una Emilio Castelar que ‘ora et labora’. Un manual de política madura para una Cámara Baja en horas más bien bajas.

La diputada canaria en la Plaza de Santa Ana, eje de su barrio adoptivo en Madrid. Fotos: Patricio Sánchez-Jáuregui.
La diputada canaria en la Plaza de Santa Ana, eje de su barrio adoptivo en Madrid. Fotos: Patricio Sánchez-Jáuregui.

Lunes de dolores antes de una moción de censura de playmobil. Suben las cifras del virus -muertos, paro, desastre-, pero suenan mítines perdidos en el Congreso de los Diputados justo después del intento de sus señorías de subirse el sueldo por la espalda. Panderetas mofas sobre lápidas en un país confinado por dentro. 

Ana Oramas ha aterrizado en Madrid, su destino recurrente desde hace siete legislaturas. La diputada de Coalición Canaria ha vuelto a volar en un avión “petado” donde el viajero come, y aparca la mascarilla, y enciende las alarmas. Pero no pasa nada. Semana tras semana de pleno, desde 2008 y también tras el decreto de alarma, mientras otros diputados canarios se quedaban en tierra, ella: Tenerife, embarque, despegue, travesía, aterrizaje, Madrid. Así, durante más de 6.600.000 kilómetros de vuelo. Muchas horas de guagua con alas con los pies en Canarias. 

Un zumo de piña en la Plaza de santa Ana. Cielo con panza de burra. Temperatura insular en la villa.

La semana pasada Oramas rompió las audiencias digitales con su intervención en las Cortes sin cortes. Clara como el agua de Playa Nogales. Directa como un binter. Dulce en el tono, como una tirma. Con la pimienta justa del mojo (rojo) picón. Entre las olas de procrastinación que suben y bajan por el Congreso, la otra Ana War dice que la labor de los políticos durante la pandemia ha sido un “espectáculo lamentable”. Si el CIS no fuera quimicefa, le daría un cien por cien de respaldo social.

Aquella intervención en la tribuna arranca poniendo el altavoz a lo que se cuece en el taxi: hay que ver, no hay derecho, mire usted, un día entero para ganar 20 euros, los derechos laborales con la bandera bajada, sus excelsas señorías, la gente, hace falta una ITV política, rodamos sobre autopistas de incertidumbre…

Luz roja. Aceleramos en pista. Despegamos.

¿Qué le dicen los taxistas?

Los taxistas transmiten muy bien la opinión pública, y lo que reflejan es el hartazgo que se palpa en la calle contra unos políticos que parecemos insensibles. En la primera etapa de esta pandemia los ciudadanos estaban resignados, pero entendieron las circunstancias; después vino una fase de esperanza, y ahora estamos en tiempos de furia.

¿Y saben los taxistas que usted pagó una multa de 1.000 euros a su propio partido por no apoyar este Gobierno?

 

Pagué una multa por no apoyar un Gobierno en el que estuviera Podemos. No tengo ningún problema con Pedro Sánchez. Coalición Canaria le apoyó en su propuesta de investidura fallida tras la marcha de Rajoy. Otra cosa es que Podemos llegara al Gobierno de España después de haber dado mi palabra personal a muchos ciudadanos canarios de que el voto que me confiaban jamás serviría para eso, porque, en Canarias, Podemos es Venezuela.

5 de enero de este año de pesadilla. Conectamos con las Cortes. Usted a Pedro Sánchez: “Le digo 'no, no, no y mil veces no'. No pienso traicionar a este país y a sus ciudadanos. No voy a ser cómplice de ello”… Su voto sonó a conciencia.

Absolutamente. Aunque sea costumbre entre partidos políticos prometer cosas en las campañas electorales que después no se cumplen, yo había dado mi palabra a muchísimas personas que me miraban a los ojos, me agarraban las manos, y me decían: “Te voy a votar, ¿pero este voto no servirá para que Podemos llegue al Gobierno, no?”. Era un tema de conciencia. Confié hasta el último momento en que mi partido cambiara de opinión, pero no quiso, y yo no podía fallar a la gente. Mi ética personal, mis valores, mis convicciones personales, mi coherencia política y la palabra dada me lo impedían.

“Mi ética personal, mis valores, mis convicciones personales, mi coherencia política y la palabra dada me impedían no rechazar un Gobierno en el que estuviera Podemos”

 

Y, visto lo visto, ¿debería devolverle su partido el importe de la multa?

No. No quiero entrar en eso.

Estamos muy acostumbrados a la disciplina de partido.

En unas elecciones generales, Coalición Canarias está desaparecida: no tenemos hueco en los debates, ni en los medios nacionales, ni en los telediarios… Yo hago una campaña cuerpo a cuerpo en los barrios. Me fajo con personas con rostro, a quienes me voy a volver a encontrar. No podría volver a vivir en Tenerife si engaño a la gente y la gente sabe claramente lo que está votando cuando apuesta por mí en unas elecciones generales. Quien cambió de posición con Podemos fue Pedro Sánchez, no yo.

Y, aun así, ¿le sigue convenciendo Pedro Sánchez?

Yo he apoyado a gobiernos del PP y del PSOE. Hemos sido decisivos en algunos casos, y en otros nos hemos abstenido. Me parece lógico que gobiernen las fuerzas más votadas por los ciudadanos españoles con acuerdos, incluso con gobiernos de coalición, pero con partidos que crean en el país, en la sociedad, que quieran construir, y no con políticos que son un peligro. La extrema izquierda y la extrema derecha son peligrosas para un país democrático, moderno y europeo como es España.

Usted conoce Venezuela.

Estuve durante veinte años viajando con frecuencia a Venezuela y conozco ese país como la palma de mi mano: desde los Andes hasta Valencia, pasando por Caracas. Me acuerdo perfectamente lo que me decían allí cuando llegó Chávez: “¡Esto no es Cuba!”. Ahora los venezolanos nos dicen que no nos creamos eso de que España no es Venezuela... Pablo Iglesias ha dejado claro que sus prioridades eran RTVE, el CNI y la Justicia. En el CNI ya está Podemos, que tiene acceso a la Comisión para Asuntos de Inteligencia, que coordina los servicios de información del Estado; van en ese mismo camino con RTVE, y mire cómo está la Justicia… Los partidos como Podemos son especialistas en desmontar los pilares sobre los que se asienta cualquier sociedad -las instituciones del Estado, los marcos de relaciones entre ellas, la independencia, el respeto al contrincante, los valores familiares, religiosos…- y es en ese contexto cuando se producen las revoluciones de izquierda o las dictaduras de derecha.

“Los partidos como Podemos son especialistas en desmontar los pilares de la sociedad, y es en ese contexto cuando se producen las revoluciones de izquierda o las dictaduras de derecha”

¿Le preocupa el tono del vicepresidente segundo?

No me gusta ese afán por amedrentar, insultar, descalificar y odiar, ni esa intolerancia contra quien no piensa como él. ¡Existen los contrincantes políticos, pero no los enemigos políticos! Esta situación no la he vivido nunca. He sido amiga de Joan Tardá (ERC) y en el Grupo Mixto hemos convivido perfectamente Rosa Díez, Uxue Barkos y Amaiur. Ahora estamos la CUP, UPN y Coalición Canarias, y nos llevamos perfectamente. ¡No se puede mezclar la política con las relaciones personales!

¿Ha tenido roces personales con Pablo Iglesias?

Los vídeos de mi respuesta a su intervención en la moción de censura contra Rajoy deben ir ya por más de nueve millones de visualizaciones…

¿El de “a usted no le gustan las mujeres no sumisas”?

Es que Pablo Iglesias es un machista. La gente como él ya ha destruido Venezuela, uno de los países más ricos del mundo. Yo tengo unas relaciones magníficas con otras personas de Podemos, como Rafa Mayoral, Yolanda Díaz, Pablo Echenique o Alberto Rodríguez. Nos respetamos. Y ya después están esas hordas de seguidores -de un lado, y de otro- que solo buscan fusilarte en las redes sociales diciendo verdaderas barbaridades. Podemos y Vox atacan así cuando no respondes a lo que quieren.

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¿Qué le dicen los canarios del Congreso? ¿Sienten un plus de marginación insular en estos días?

La situación en Canarias es de desesperación. Lo han dicho la OCDE, la Comisión Europea, la presidenta de la Comisión Europea y el Parlamento europeo: la realidad más difícil y con peores perspectivas es la de Canarias. Tenemos la mitad de la población activa en paro o en ERTE, sufrimos un grave problema de inmigración por culpa de la inacción del Gobierno, porque han llegado casi 8.000 personas a las islas y el Gobierno ha decidido convertir Canarias en una Lampedusa o en un Lesbos. ¡Lo único que nos faltaba a nosotros, que vivimos del turismo, es dar esa imagen, como ya vemos en algunos medios internacionales!

En el año 2006 llegaron cerca de 80.000 inmigrantes a Canarias. Y fue un gobierno socialista el que se implicó en las soluciones.

El protocolo es sencillo. Primero: acogimiento humanitario y no este espectáculo denigrante que estamos viendo de personas literalmente tiradas en un muelle, sin las condiciones sociosanitarias básicas. Segundo: Canarias no tiene ni capacidad laboral, ni de integración. En 2006 se llegó a acuerdos con los países de origen y se trajeron a la península, porque para nosotros es imposible dar una respuesta. En estos momentos Canarias es un polvorín social. Tenemos la mitad de la población sin actividad económica, mano sobre mano, entre el Banco de Alimentos, Cáritas, la Cruz Roja y los servicios sociales. Mientras tanto, hay miles de inmigrantes metidos en hoteles con todo incluido. El problema no es que estén allí si no hay otro lugar para acogerlos, el problema es que no hay salida. El Gobierno se está equivocando. Cree que tomar medidas provocará un efecto llamada, cuando sabemos por los servicios de información de la Guardia Civil que miles de personas están esperando para cruzar a Canarias y vienen ahora en la época de las calmas.

“En estos momentos Canarias es un polvorín social. Tenemos la mitad de la población mano sobre mano, entre el Banco de Alimentos, Cáritas, la Cruz Roja y los servicios sociales”

 

¿La política nacional piensa en Canarias?

En la cumbre europea que aprobó los 140 mil millones de euros del fondo de recuperación se incluyó un tema específico para las regiones ultraperiféricas -Madeira, Azores y Canarias- y el Gobierno de España ni se había enterado… Los intereses de Canarias los pelean mejor los portugueses y los franceses. Bruselas entiende mejor que Madrid la condición de lejanía e insularidad de Canarias. Aquí, cada vez que cambiamos de gobierno tenemos que volver a explicar nuestro contexto. E insistir en que Canarias es un paraíso para el turista, pero nosotros no tenemos materias primas, nuestro mercado está muy fragmentado, el sector industrial no puede competir ni siquiera con el tomate marroquí… Somos una sociedad que no quiere ser subvencionada, sino que se compensen la lejanía y la insularidad para poder ser competitivos.

Como lo son en el turismo.

Si fuéramos un país, seríamos la sexta potencia turística del mundo, porque tenemos un turismo moderno y competitivo. La economía del turismo es la única no subvencionada que es rentable, pero ha pasado lo que ha pasado con el virus… Normalmente, el sector turístico representa aquí el 40% del empleo y el 30% del PIB, pero, al final, muchos empleos colaterales dependen del turismo. Y es inadmisible que el Gobierno de España no esté aplicando las medidas para la reconstrucción de la economía de Canarias. Incumple mandatos europeos, la Constitución Española, el régimen económico y fiscal de Canarias, y los Presupuestos Generales del Estado, que incluían todas las partidas que compensaban la lejanía y la insularidad.

¿Algún Gobierno se ha tomado a Canarias realmente en serio?

Solo cuando el voto de Coalición Canarias ha sido imprescindible… Eso siempre ha funcionado. Los grandes avances en Canarias y el cumplimiento de las leyes que determinan la compensación solo los han cumplido el PSOE y el PP cuando no han tenido gobiernos de mayorías absolutas y han necesitado nuestro voto. Pasó con Felipe González, con José María Aznar, con José Luis Rodríguez Zapatero y con Mariano Rajoy. Es muy triste.

“Los intereses de Canarias los pelean mejor los portugueses y los franceses que el Gobierno de España. No defender Canarias es una falta clara de sentido de Estado”

 

Dice usted que este Gobierno es un disparate. De qué tipo de disparate estaríamos hablando.

Nunca había visto que un ministro de Seguridad Social diga una cosa y sea desautorizado por la ministra de Trabajo, y que la ministra de Trabajo sea desautorizada por la vicepresidenta del Gobierno… Nunca había visto que miembros de un Gobierno arremetieran contra la jefatura del Estado y los órganos judiciales… Eso lo pueden hacer los partidos, incluso miembros de los partidos que están en el Gobierno, pero el resto, no. Además, es un disparate porque solo genera incertidumbre, que es lo peor que le puede pasar a una economía. No sabemos cuál va a ser la política fiscal, ni cuáles van a ser las reglas del juego en las negociaciones en materia laboral, ni qué va a pasar con las pensiones…

¿Duele que Bildu tenga más peso en el Congreso que su tierra?

No. No es un tema de fuerzas políticas. No defender Canarias es una falta clara de sentido de Estado. Los franceses y los portugueses tienen un ministro de ultramar, porque proteger sus archipiélagos es fundamental para ellos. Todavía hay quien me pregunta por ahí cuánto cuesta el voto de Coalición Canarias… ¡No! Nosotros solo queremos competir en igualdad de condiciones. Los canarios estamos pagando el déficit del AVE mientras vamos a trabajar en avión… No queremos ser más que nadie, pero necesitamos medidas específicas, como bien saben en Bruselas. Este Gobierno se ha cargado todos los planes de empleo y formación que logramos en las legislaturas anteriores y estaban en los Presupuestos.

“Este Gobierno solo genera incertidumbre, que es lo peor que le puede pasar a una economía”

 

Lleva doce años y siete legislaturas en el Congreso. Dígame lo positivo que ve usted desde su escaño, porque lo negativo lo vemos por streaming.

Lo más positivo son las relaciones dentro del Grupo Mixto, que es una escuela de tolerancia. Jamás hemos tenido un problema, y eso que han estado UPyD, Garoa Bai, Amaiur, Foro Asturias, la CUP, UPN, gente de izquierda, de derechas, independentistas… Nos respetamos, nos toleramos de verdad, sabemos ceder, negociar…

Lo que debería ser la política…

Eso era la política antes. Ahora no es que lo debates sean más duros, es que son más miserables. Duros eran los debates de Soraya Sáenz de Santamaría con María Teresa Fernández de la Vega, o los de Antonio Hernando con Jorge Fernández Díaz

O los de Cayetana Álvarez de Toledo y Carmen Calvo…

Yo soy muy dura con el Gobierno en la defensa de mi tierra, pero nunca pierdo la educación y el respeto. Es importante saber dónde estamos cuando hablamos en las Cortes. Ahora es muy difícil separar entre el asunto del que se discrepa y la persona que lo expresa. Vemos ataques a las familias, al honor, proliferan los descalificativos… ¡Eso sobra! Se va al titular esparciendo barro. Este ambiente me resulta profundamente incómodo y me provoca mucha tensión. Se ha llegado a una degradación de tal calibre que es asombroso.

¿Con qué señorías de otros grupos ha congeniado especialmente en estas legislaturas?

Algunas no están ya… Me afectó muchísimo la muerte de José Antonio Alonso, y de Txiqui Benegas, que fue otro gran amigo mío. Tengo y mantengo una gran amistad con Duran Lleida, uno de los grandes políticos de este país, y con Fátima Báñez. Tardá tiene una imagen pública terrible, pero a nivel personal es muy educado, cortés y agradable. Sigo siendo amiga de Rosa Díez, de Uxue Bakcos, de Joan Herrera, de Edu Madina… Sigo teniendo el móvil de los últimos presidentes del Gobierno. Con Rajoy me sigo llevando muy bien. María Teresa Fernández de la Vega es la persona que más he admirado durante mi trabajo en el Congreso, porque es un ejemplo de integridad, dedicación, solvencia y de salir de la política y volver a empezar.

“María Teresa Fernández de la Vega es la persona que más he admirado durante mi trabajo en el Congreso, porque es un ejemplo de integridad, dedicación, solvencia y salir de la política y volver a empezar”

¿La nueva política lo ha dinamitado todo?

La nueva política y las redes sociales lo han dinamitado todo. La política la fijan hoy estrategas electorales que no son personas de partido y carecen de sentido de Estado. Son personas que confían todas sus cartas a un titular o a un tuit. El contenido ya no importa. En una sociedad que no sigue un debate ni lee entrevistas largas, lo efímero e instantáneo triunfa y se maltrata la riqueza para la verdadera política que suponen la negociación y el consenso.

Negociación. Aquí y ahora parece una actividad política utópica.

Yo he sido el voto 176 o 175 muchas veces y he tenido que negociar todas las semanas con gobiernos del PP y del PSOE. Y con dirigentes como Rubalcaba, Solbes, Soraya, Federico Trillo o Elena Salgado que les dan tres vueltas a muchos de los ministros actuales… Cuando uno se sienta en la mesa, hay dos maneras de negociar: empezar con las líneas rojas o arrancar por las cosas en las que estamos de acuerdo. Si comienzas por los temas que unen, puedes negociar, aunque existan cuestiones innegociables. Ahora ya no tienes interlocutores con los que negociar, porque todo lo decide Moncloa. Los portavoces parlamentarios de las comisiones no tienen autoridad ni independencia para negociar. Ahora, si tú no aceptas lo que yo digo, se ha roto el diálogo. La política de hoy es todo lentejas, y eso no lo he vivido en doce años, y en situaciones muy complicadas.

¿Esas ‘lentejas’ impuestas no hay manera de convertirlas en puré, aunque sea por respeto a una sociedad hastiada y cansada?

Es que estamos en la peor crisis después de la Segunda Guerra Mundial… ¡La gente se ha muerto, ha enfermado, mantiene secuelas! ¡Muchos jóvenes no van a poder construir un proyecto de vida personal! ¡Hay personas que lo ha perdido todo! Ante un país que pasa hambre, que está desorientado y desesperado con su futuro, tenemos que saber dar una respuesta digna de una vez.

“Ahora ya no tienes interlocutores con los que negociar, porque todo lo decide Moncloa. Los portavoces parlamentarios no tienen autoridad para negociar. La política de hoy es todo lentejas”

 

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¿Colación Canaria es más centroderecha?

Esa etiqueta es un error habitual de los medios nacionales. En Coalición Canaria hay gente que viene del independentismo, del nacionalismo, del liberalismo de UCD, gente que procede de una progresía sindicalista acentuada… Cuando se fundó este partido nos reunimos personas de la izquierda y de la derecha con una idea común.

Pero si todo el mundo quiere estar en el centro…

Nosotros hemos gobernado más con el PSOE que con el PP, en Canarias y en Madrid. Lo de la centroderecha es una versión simplificada de nuestra realidad.

Usted llegó al Congreso con una experiencia previa regional y municipal.

Lo que más marca a cualquier político es ser alcalde, mucho más que ser ministro, o diputado, incluso presidente de una comunidad autónoma. Ser alcalde es lo más fuerte: 24 horas al día los siete días de la semana.

¿Exigir una experiencia municipal previa sería un buen criterio para la selección de diputados?

Sería estupendo que para ser diputado hiciera falta haber sido antes concejal o alcalde, porque te da otra visión. Ser alcaldesa me ha marcado para toda la vida: la forma de ser, el carácter, la relación con los ciudadanos… En el Congreso, el paro o la vivienda son estadísticas. Para una persona que ha sido alcalde, el paro y la vivienda son rostros con nombres y apellidos que has conocido en tu despacho o por la calle. El alcalde es el cubo de basura, la farola, la loseta, el centro de mayores, los jardines, la limpieza, la seguridad… Las cosas que realmente nos afectan a todos en nuestro día a día. Tengo la deformación de alcaldesa [otea la plaza, y señala], y miro ese parque infantil y me doy cuenta de que tiene un error: los bancos habría que ponerlos en L, porque a los parques infantiles vienen también las madres y las abuelas, que se pasan una hora y media aquí, y quieren sentarse y hablar.

“Sería estupendo que para ser diputado hiciera falta haber sido antes concejal o alcalde, porque te da otra visión. En el Congreso, el paro o la vivienda son estadísticas. Para una persona que ha sido alcalde, el paro y la vivienda son rostros con nombres y apellidos”

 

Igual en la sociedad del futuro también hay padres y abuelos sentados en los parques…

Sí. Lo que quiero decir es que las alcaldesas y las concejalas nos damos cuenta de que ese banco tiene que estar en L, incluso que sería bueno poner una mesa para que puedan jugar a la baraja.

¿Las mujeres aportan otra dimensión a la política?

A la política, y a la vida. Cuando era alcaldesa descubrí que no te podías reunir con la asociación de vecinos para ver cuáles eran las prioridades del barrio, sino que había que hacer asambleas, porque si la asociación de vecinos estaba formada mayoritariamente por hombres, lo que querían eran aparcamientos e instalaciones deportivas; si eran mujeres, centro de día de mayores, guarderías, limpieza, seguridad, parques… La sociedad de las mujeres es para todos. La de los hombres, unas veces sí, y otras no.

Lee usted mucho.

Con cinco años tuve una enfermedad y me pasé el curso entero en casa. Aprendí a leer rápido y, como no había tele, mi madre me compraba cuentos. He leído con voracidad en todas las fases de mi vida. Antes leía literatura profunda, ensayos, poesía, que me encanta; pero desde hace seis años solo leo novela negra nórdica, de intriga, y thriller, y novelas de amigas que me gusta como escriben, como Julia Navarro, Matilde Asensi, Mari Pau Domínguez… La única excepción a esa tendencia es que releí El amor en los tiempos del cólera. Ya tengo el último de Ken Follett, pero lo empezaré cuando termine La vida desnuda, de Mónica Carrillo. Por lo demás, me he leído todo Camilla Läckberg, Joël Dicker

Y creo que su conexión con la radio es total.

Mi abuela y mi madre siempre han sido de radio. Nos dormimos con la radio, nos levantamos con la radio. Después le cuento una anécdota… La aparición de los podcasts ha supuesto una gran revolución de mi vida… Escucho las tertulias políticas de 22.00 a 23.00, y las elijo en función de los tertulianos. Si con Ángel Expósito están Fernando Jáuregui y Mari Pau Domínguez, me quedo. Si Toni Bolaño está en Radio Nacional de España, me sumo. Si en algún sitio está Carmelo Encinas, hago clic. A mí no me interesan los tertulianos sectarios, lo que me gusta es escuchar a gente informada. Los fines de semana me encanta dejarme llevar por Nacho Ares en Ser Historia.  

“La sociedad de las mujeres es para todos. La de los hombres, unas veces sí, y otras no”

¿Y por las mañanas?

A las 07.00, si estoy en Madrid, Cadena SER de Canarias. Y luego, depende: La SER, Carlos Herrera… Disfruto escuchando a personas como Edu Madina, porque es muy libre, dice lo que piensa, y siempre es interesante. Los radicales de los diferentes bandos no me interesan nada.

¿La anécdota?

Decía que yo siempre me acuesto con la radio. Antiguamente, en La SER estaba por las noches Jorge Valdano, que hablaba de deporte con aquella forma literaria que a mí me resultaba entretenidísimo. Un día vino el presidente de Argentina a Moncloa y coincidimos en una comida de Estado. En un corrillo antes del almuerzo, entre gente importantísima, me salió del alma: “¡Ay, Jorge, estuve un montón de años acostándome contigo!”. Y, claro, ante el silencio denso que se hizo en la sala, me tuve que explicar…

Me cuentan que cocina de muerte.

Sí, porque mi madre es una gran cocinera, ha escrito libros de cocina, ha dado clases de cocina y yo le ayudaba en su época. Ahora, con la pandemia, me vengo con ocho tápers para las cuatro comidas y las cuatro cenas.

Ahora que se critica al Rey a fuego lento, ¿alguna receta?

Creo que el Rey está profundamente preocupado por la deriva del país, de su imagen y de su futuro, más que por las descalificaciones o los intentos de desestabilización de la institución. Estoy convencida de que está intentando hacer arbitraje, pero lo tiene muy difícil.

Algunos medios cuando hablan de usted inciden, como guiñándonos el ojo, en que es “sobrina de un gran amigo de don Juan de Borbón”.

Cuando don Juan de Borbón venía a Canarias, se quedaba en casa de mi abuelo. Y organizaban comidas, tanto en 1968 como en 1978, donde había comunistas, socialistas y republicanos. Mi familia tuvo una relación estrecha con don Juan de Borbón y yo, personalmente, con el rey Juan Carlos.

Y qué piensa sobre su causa.

Lo siguiente: ni los temas judiciales van a tapar el papel que el rey emérito ha tenido en la historia de España y en la Transición, ni tampoco el papel que ha tenido en nuestra historia va a impedir que las causas judiciales sigan su curso. Soy de las pocas políticas en este país que creo en la justicia. Que me digan un país del mundo en el que los jueces hayan metido en la cárcel a vicepresidentes del Gobierno, a ministros del PSOE y del PP, al presidente de la CEOE, a financieros, a un cuñado del jefe del Estado, a jueces… Confío plenamente en la justicia, y también en la importancia de esperar sus tiempos. No voy a juzgar los temas judiciales de Juan Carlos I, pero sí me veo con derecho a ensalzar su papel como jefe del Estado en un momento muy importante de la historia de este país.

 

“Ni los temas judiciales van a tapar el papel del rey emérito en la historia de España y en la Transición, ni tampoco el papel que ha tenido en nuestra historia va a impedir que las causas judiciales sigan su curso”

 

¿Esa confianza en la justicia se resiente ante el manoseo de estos días en el Congreso?

Los bolivarianos tomaron el poder judicial, las instituciones del Estado y los medios de comunicación. En eso está Podemos, y me horroriza. Eso no quiere decir que haya gente de izquierda profunda que pueda estar en el Consejo General del Poder Judicial, o en el Tribunal Constitucional, siempre que sean juristas de reputado prestigio y con sentido de Estado. Tengo un gran respeto, por ejemplo, por Martín Pallín. No dudo de él, y tampoco de Victoria Rosell. Otra cosa es que ese reparto se haga con un partido cuyo objetivo no es tener a los mejores al frente de la justicia, sino imponer su criterio ideológico usando las instituciones.

¿Ve viables los planes jurídicos incoados por Pedro Sánchez?

Sinceramente, creo que todo esto es una pantomima. ¿Me están diciendo que veremos en el Tribunal Constitucional a gente afín a Bildu o a ERC? Espero que el PSOE y el PP, en este tema y en otros que son sagrados, como las pensiones, o la reforma de la Constitución, lleguen a un acuerdo que cuente con una mayoría reforzada, porque hay cosas que son más trascendentes que una legislatura.

¿Lucha y Canarias van de la mano en Oramas?

Sí, porque el lema de la lucha canaria es el que cantan Los Sabandeños: “El grande perdió, el chico ganó…”. A veces soy una sola, pero he ganado muchas batallas. En cada oportunidad de que se consoliden los derechos de los canarios, ahí hemos estado. Nosotros seremos pequeños, seremos pocos, y estaremos a 2.500 kilómetros, pero nos puede la razón y la dignidad como pueblo.

¿Algún error de su historia política que ponga sobre la mesa sin miedo a quedar mal?

Sí, sí… Fue un error que transformé en una oportunidad y me sirvió para hacerme muchos amigos. La ministra de Hacienda manipuló una declaración que hice yo diciéndole que actuaba en el Congreso de los Diputados como si estuviera dando un mitin en el barrio de Las Tres Mil Viviendas, de Sevilla. Mis palabras enfadaron a la gente de allí. Cuando vi la que se había montado, di una rueda de prensa y prometí que iría. Y fui. Estuve en todos los rincones del barrio y en algunas casas tomando café. Y lo promoví, porque intervine en muchos medios de Andalucía. Fue un error, porque cuando tienes que explicar lo que quisiste decir ya es un error, pero yo no quería estigmatizar a nadie, así que aproveché mi visita para enseñar desde allí la realidad de las personas maravillosas que viven en ese barrio. Ahora los vecinos de las Tres Mil Viviendas me siguen casi todos en Facebook.

 

“A veces soy una sola, pero he ganado muchas batallas. Los canarios seremos pequeños, seremos pocos, y estaremos a 2.500 kilómetros, pero nos puede la razón y la dignidad como pueblo”

 

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¿Qué es lo mejor de ser la mayor de diez hermanos?

Que me dio carácter.

Que no genio...

Tengo genio. Soy mandona. Cuando a una le toca ser alcaldesa, tiene que mandar. En la sociedad faltan políticos valientes y con coraje, que se rodeen de gente muy competente y sepan hacer equipo, pero que tomen decisiones sabiendo arriesgar y dando la cara.  El ‘no’ ya lo tenemos. Yo no doy ninguna batalla por perdida y menos, la guerra.

¿Le convence el feminismo oficial?

No, no, no… He conocido a mujeres como Ángeles Álvarez, diputada histórica del PSOE, que se la cargaron en la última legislatura, o a Lidia Falcón… Ellas eran mujeres feministas con ideas gracias a las cuales hoy estamos como estamos. Hace 25 años, de los 60 diputados del Parlamento de Canarias solo dos éramos diputadas. En política lo difícil no era entrar, sino que para que entrara una mujer, tenía que salir un hombre. Las mujeres de este país todavía no somos iguales. La sociedad no está preparada para asumir nuestros retos con esas cargas, esos horarios, sin que la educación sea gratuita de 0 a 3 años, con una ley de dependencia muy precaria… El siglo XXI va a ser el siglo de las mujeres, pero tengo una hija de 25 años y veo que todavía queda mucho camino para construir la verdadera igualdad. Otra cosa son las tonterías de niñatas de Podemos y sus batallas que no tienen nada que ver ni con el feminismo, ni con las políticas de igualdad. Todavía nadie ha resuelto qué hacemos con las madres que tienen que quedarse en casa cuidando a sus hijos confinados en cuarentena… ¿Ese logro concreto y real no es importante en estos días? Toquemos tierra.

“Las mujeres de este país todavía no somos iguales. Otra cosa son las tonterías de las niñatas de Podemos y sus batallas que no tienen nada que ver ni con el feminismo, ni con las políticas de igualdad”

 

Algunos medios hablan de usted como “la diputada rebelde”. ¿Se puede ser política sin ser rebelde… con causa?

La pregunta la reformularía así: ¿se puede ser político y ser rebelde? Y yo respondo que sí. El día en que no me apasione lo que estoy haciendo o que no tenga nada que aportar o conseguir, me iré.

Moción de censura. F5 recurrente a la guerra civil. Franco. Ataques a la Corona. Eutanasia. Thermomix judicial. ¿No cree que todo lo que no sea sacarnos del hoyo de la pandemia está fuera de lugar?

Claro. La cuestión es que Bruselas ha pedido a España unos presupuestos, una reforma laboral, una política fiscal y un sistema de pensiones que son contrarios a todo lo que había prometido Podemos. Para recibir el dinero de Europa manteniendo el Gobierno de coalición Podemos tiene que tener tragaderas y desdecirse, por eso bombardea con otros asuntos colaterales que, siendo importantes, no son prioridades. Así tapa la traición a su electorado.

¿Es necesaria una Ley de Memoria Histórica?

Yo creo que sí. Hace falta todavía que cualquier persona pueda tener los restos de sus familiares, y evitar que se ensalce la dictadura, como estamos viendo. Dicho esto, añado: también creo en la reconciliación.

¿Y es oportuna la comisión de investigación sobre la gestión de la COVID que exige el PP?

No tiene sentido que todos los líderes políticos estén durante los próximos tres meses analizando un tema que están investigando los jueces, con la que está cayendo en este país sanitaria y económicamente. Esa comisión tapará todos los errores del Gobierno, tendrá hueco en todos los telediarios, y reunirá a todas las cabezas de todos los partidos políticos. Yo, desde luego, no pienso estar… Voté también en contra de hacer comparecer a Pablo Iglesias por lo suyo, porque no estamos ahora para escuchar al vicepresidente sobre sus problemas con la señora Dina… Ya están los jueces investigando. Dejémosles trabajar. Y dentro de unos meses, cuando pase la pandemia, si tenemos que investigar más a fondo, la exigiremos. Ahora solo estamos para la emergencia sanitaria y la crisis económica.

¿Los temas que no tienen que ver con emergencia sanitaria y la crisis económica son, entonces, bombas de humo partidistas?

Lo demás temas que desembarcan en el Congreso son un bombardeo de Podemos para justificar que no habrá ni los presupuestos, ni la reforma laboral, ni las pensiones que ellos querían, pero que se van a comer por orden de Bruselas.

Para Oramas Vox y Podemos son dos líneas rojas. ¿Significa eso que prefiere que estén fuera de las Cortes?

No. Todo lo que voten los ciudadanos debe tener cabida en las Cortes. Bildu, Vox, Podemos… Otra cosa es que yo no quiera ni agua con esos partidos, aunque, insisto, mis relaciones personales con la gente de Vox y Podemos son igual de buenas que con compañeros del PSOE o del PP. Es más, mi despacho está en la planta de Vox y tengo los teléfonos de sus diputados, pero no comparto su modelo de sociedad. No creo en una sociedad en la que se vuelva a preguntar a los ciudadanos dónde naciste, en qué Dios crees, y a quién amas, qué quiere que le diga… Pero claro que tienen derecho a estar en las Cortes, porque así es nuestra democracia, que permite que haya personas que piensan de manera diferente representando a una sociedad variada y defendiendo sus postulados, siempre por la vía democrática. No ilegalizaría jamás a ningún partido político.

En 1979 usted ya era concejal…

Pero después dejé la política. No estoy aquí desde el 1979. Resumo: estudié Económicas, acabé con 21 años, y soy funcionaria del Estado. Por esas fechas entré de concejal en el Ayuntamiento de Santa Cruz.

¿Fue concejal con UCD?

No. Solo estuve en las juventudes de UCD. Muchos de los que pasamos por ahí estábamos ya en la Agrupación Tinerfeña Independiente.

Y salió de concejal sin querer…

Me dijeron que iba la 17 en la lista y como máximo sacaríamos 13-14 concejales. ¡Sacamos 21 de 27! Yo no quería dejar mi trabajo en la Sociedad de Garantías Recíprocas de Tenerife, y entonces el alcalde me propuso que llevara los carnavales y asistiera a los plenos. No cobraba del Ayuntamiento, claro. La cosa es que después del alcalde, el concejal de los carnavales -estamos en Santa Cruz de Tenerife- acaba siendo el más importante por la vía de los hechos…

A los cuatro años, dejó el consistorio.

Sí, estuve trabajando fuera, y volví a la política ocho años después como diputada regional del Parlamento de Canarias. A quienes dicen que llevo cuarenta años sin bajarme del coche oficial, que sepan que soy funcionaria del Estado, economista, he sido jefa de riesgo de una empresa financiera, administradora judicial de empresas importantes…

La política le ha quitado muchas cosas y mucho tiempo. Se lo dijo usted misma a Zapatero en 2011: “Nosotros nos perdimos muchas cosas de la vida de nuestros hijos, pero la vida que le viene ahora tiene un montón de momentos, agárrelos fuertemente, lo va a disfrutar y se lo merece". Y después los ciudadanos -y los taxistas- metemos a todos los políticos en el mismo saco…

Si no me convenciera lo que hago, no seguiría. Quien me conoce sabe que no podría ser una diputada de esas que solo levanta la mano, que apenas interviene en toda la legislatura, que vota lo que le digan… Mi partido fija la posición en los temas importantes, pero el resto de cuestiones las decido yo. Y yo no tengo asesores, nadie me prepara los discursos, nadie me lleva las redes sociales, nadie me hace las notas de prensa… Tengo una asistente y teletrabaja desde marzo por obligación.

Pues ha conseguido usted mucha influencia en el debate político y mediático nacional.

La influencia la hemos tenido cuando hemos decidido los gobiernos. Otra cosa es mi relación con los medios de comunicación nacionales, porque me los he currado, soy libre, doy juego, tengo olfato y no engaño.

“Me he currado mi relación con los medios de comunicación nacionales, porque soy libre, doy juego, tengo olfato y no engaño”

¿Oramas daría juego elevando sus valores y sus maneras a rango de partido político nacional?

¿Yo? ¿Hacer un rosadíez a los 61? Mira que es amiga mía…

Lo que usted representa podría tener eco entre votantes socialistas desconcertados y votantes del PP que no ven salida.

¿Ser candidata nacional para sacar 6-8 diputados y abandonar el barco cuando tenga 67 años? Los proyectos personales no tienen ningún futuro en la política nacional. En cualquier caso, si hay un sitio en el que esté justificada mi presencia, estaré. He disfrutado mucho con mi trabajo, he conocido a personas maravillosas…

¿Su madre y su marido están orgullosos de usted?

Mi marido y mi hija han sufrido las consecuencias de mi trabajo. Mi padre, desde que empecé, me decía “¿qué necesidad?” … Mis padres también han soportado mucho, porque he recibido ataques tremendos y miserables, amenazas con órdenes de alejamiento, mentiras, y ataques falsos contra mis seres queridos… ¡De locos! Mi madre ahora tiene 84 años y como sus amigas de La Coruña, Valladolid y Canarias, que eran todas peperas, me echan flores, está feliz.

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REBOBINANDO

Desde que Ana Oramas aterrizó en el Congreso de los Diputados, la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP) valoró su estrecha relación con la prensa y en 2012 le concedió su premio Luis Carandell. Seis años después, la misma APP le brindó el Emilio Castelar al considerarla la mejor oradora de la Cámara.

Por los pasillos perdidos de las Cortes, se sabe: durante los gobiernos de Zapatero y Rajoy hablar con ella era el mejor camino para entender la actualidad política, y por eso los periodistas parlamentarios y los tertulianos tienen, desde entonces, hilo directo con Oramas.

Su ejemplo es un aldabonazo para los macro partidos verticales donde los directores de comunicación hacen de muro de contención y sus mensajes solo transpiran entre los periodistas amigos con garantías de pureza. Entrevistas con cuentagotas, siempre a los mismos, y con cuestionario, mejor. Parte del divorcio entre la política y la opinión pública nace de esa comunicación institucional sectaria que la diputada de Coalición Canaria ha tenido fácil evitar hasta convertirse en una voz sin ataduras, sin argumentario, sin jefe de prensa, pero con una eficiencia que quizás un día se mida en kilopondios-oramas en los estudios de relevancia política.

De todas formas, la carrera recta de la parlamentaria canaria es, sobre todo, un modelo de honestidad, de política sin piolets que suben por la yugular de los contrarios, de transparencia, de lucha, de defensa de los intereses de una región marginada con alevosía desde el epicentro de la democracia y capital de la España de las autonomías de primera, de segunda y de tercera.

Quizás ahora, en mitad de este Mordor de trincheras de corbatas y tacones donde los colores son cortafuegos, esa luz propia reluzca más. Es verdad que su papel ha sido muy agradecido y que defender sus principios sin yugos y con naturalidad es más fácil. Otros no pueden moverse de las etiquetas ideológicas que permanecen, aunque huelan a siglo XX. Pero Oramas ha jugado bien sus cartas, ha respetado las normas de la partida, ha ganado a grandes, y a pitos, ha hecho sus duples, y muchas veces ha sumado juego, porque nunca se ha dado mus.

Es una demócrata convencida, una mujer hecha a sí misma, una persona dispuesta a escuchar, a decir y a decidir, una parlamentaria con conciencia que ha sabido poner rostros a los temas de debate y ojos a las leyes que se aprueban y ha elevado el listón en uno de los zocos más navajeros de España.

Se nota en esta plaza de santa Ana. Oramas es una diputada-ciudadana. Una canaria en una jaula de grillos. Una referencia para entender con su sonrisa hasta qué punto se puede disfrutar del servicio público sin arrastrar el peso de la tiranía de un proyecto político personal.

Hay gente en Madrid que la saluda por la calle y le da las gracias. Yo lo he visto en esta tarde de conversación. Mientras arde el sentido común en un arrebato de gasolina ideológica en la carrera de san Jerónimo, a este lado de Sol hace sombra de política sin k. La de la gente -la palabra más repetida en esta charla- de verdad.

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