PABLO MONTESINOS es el vicesecretario de Comunicación del Partido Popular. En marzo de 2019 dejó el periodismo para seguir la llamada personal de Pablo Casado. Es diputado por Málaga y lleva dos años con plaza en el comité de dirección de una formación política que “los españoles ya ven como alternativa de Gobierno”

Pablo Montesinos: “Los políticos nos equivocamos, pero mentir debe pasar factura”

Dos Pablos y un sino: Moncloa. Un Pablo en el cartel nacional, y otro Pablo entre papeles, estrategias, medios y argumentarios. Montesinos aterrizó en Génova desde Libertad Digital hace dos años largos. Curtido entre dos campañas electorales potentes y una pandemia crónica. Dejó Al rojo vivo por el azul Casado. Colgó el micro, se vistió de fontanero y diputado, y hoy es vicesecretario de Comunicación del Partido Popular. Mientras muchos solo rajan de lo mal que está la política, él se mojó hasta el flequillo confiando plenamente en el líder de un partido que hoy absorbe el 99% de su batería vital. El PP le ha robado tiempo libre y horas de sueño, pero no se arrepiente. A pesar del reset del Gobierno, considera que Pedro Sánchez está “achicharrado” y profetiza que está en su último estertor. Joven y dinámico. Expresivo y natural. Con morriña periodística. Un ventilador de calle en la cúpula de una formación política que, según él, ha desbancado a Podemos como “el partido de la gente”.  

 

Pablo Montesinos en la cristalera tapizada por los populares en la cara Zurbano de la sede de Génova. Fotos: Patricio Sánchez-Jáuregui.
Pablo Montesinos en la cristalera tapizada por los populares en la cara Zurbano de la sede de Génova. Fotos: Patricio Sánchez-Jáuregui.

Viernes, hora del vermut para quien tiene tiempo de tomarse un vermut. Hemos quedado en Génova con Zurbano con Pablo Montesinos, vicesecretario de Comunicación del Partido Popular. Nos hemos citado en este chaflán de fuera porque queremos charlar con él lejos del despacho y lejos de esta sede mítica y moribunda para intentar despegarnos lo que se pueda del olor gris de las respuestas de argumentario. 

Volamos sin radar solo unos metros más allá del balcón donde todavía repican los aleluyas pro Ayuso de la noche del 4 de mayo, quizás la más feliz desde que Pablo Casado asumiera las riendas del PP el 21 de julio de hace tres veranos. 

Dos butacas en la terraza del restaurante Benares para hablar con un político en casual friday. De él. De su experiencia. Del paso que dio el 14 de marzo de 2019, y de todo lo que ha pasado desde entonces. Del corazón de un partido y del alma de un periodista. Del valor de implicarse cuando lo fácil era seguir arreglando el mundo desde el Olimpo de una redacción. O de un bar. De los sueños perdidos y los amigos ganados. De unos padres que también leen Twitter. 

Hora del ángelus para quien rece el ángelus. Enciendo grabadora. Enciende grabadora. Zarpamos como en hidro-pedales por La Malagueta.   

¿Sigue vivo en Génova el efecto Ayuso?

El efecto Ayuso-efecto Partido Popular de las elecciones madrileñas es incontestable. En términos demoscópicos, el PP de después de los comicios en la Comunidad de Madrid no tiene nada que ver con el PP posterior a las elecciones catalanas. Con Ayuso al frente se lanzó un mensaje muy potente: si se unificaba el voto de centroderecha en torno al PP, contando incluso con el votante socialista descontento, Sánchez tendría un pie fuera de la Moncloa. Ese efecto tiene ya su eco en todas las encuestas nacionales. Si hoy se celebraran elecciones generales, nadie discute que Pablo Casado sería presidente del Gobierno. 

¿Casado cree que el efecto Ayuso le llevará a la Moncloa?

Insisto: el efecto Ayuso y el efecto Partido Popular van de la mano. En la Comunidad de Madrid se ha demostrado que, si se concentra el voto en el PP, pierde Sánchez. Y ese mensaje se traduce a nivel nacional, según nos dicen las encuestas.  

¿Cree que los votantes de Vox o de Ciudadanos, incluso del PSOE, que han apostado por Ayuso en la Comunidad de Madrid respaldarían también a Casado en unas elecciones generales?

 

Así lo dicen las encuestas. Más allá de la fotografía madrileña, yo tengo que hacer el análisis nacional, contando con el voto de los ciudadanos de Madrid y también del resto de comunidades autónomas. La demoscopia nos dice hoy que Ciudadanos estaría entre uno y cero escaños, que Vox se estancaría o retrocedería, que el PP tendría 130 escaños, y que el PSOE no llegaría a los 90. Esa es la realidad actual en la que nos movemos. Sin triunfalismos, sabiendo que esto no será inmediato, porque el que tiene el botón de las elecciones generales depende de Pedro Sánchez, pero lo cierto es que el cambio de tendencia es evidente. Entre Sánchez o Casado, hoy los españoles eligen a Casado

Como vicesecretario de Comunicación: ¿Qué idea fundamental tiene en la cabeza que le gustaría que entendieran los medios y llegara sin prejuicios a la opinión pública?

A los medios no les digo nada, pero a los españoles les traslado que existe otra manera de hacer política y que la mentira tiene que pasar factura. El presidente del Ejecutivo ha basado su acción de gobierno en la mentira. En política, la palabra debe significar compromiso. Podemos cometer errores -yo me equivoco varias veces todos los días-, pero mentir en cuestiones cardinales como, por ejemplo, el acuerdo con Bildu, debe tener sus consecuencias.

“Sánchez ha basado su acción de gobierno en la mentira y, en política, la palabra debe significar compromiso”

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¿Casado tiene buena prensa? ¿Mejora?

Cuando hablo de los medios de comunicación siempre parto de una premisa: los periodistas deben informar y preguntar, mientras nosotros lanzamos nuestros mensajes políticos. Yo creo que a Casado se le entiende muy bien, porque ha estado mucho tiempo pegado a los medios de comunicación desde la vicesecretaría que yo ocupo ahora. Su relación con los periodistas es muy buena, porque contesta todas sus preguntas. Más quisieran los periodistas que hacen información gubernamental encontrar en Moncloa este talante. Dicho esto, en el ámbito de la comunicación siempre hay margen para la mejora.

¿La comunicación ha dejado de ser un problema para el PP con usted?

Siempre que vienen mal dadas, el problema es de la comunicación… También le digo que el equipo de comunicación del PP es muy bueno. En Génova hay una segunda planta de excelentes profesionales, la gran mayoría, periodistas. Además, tenemos un presidente y un secretario general a quienes les gusta mucho la comunicación, y saben bastante, pero, insisto, siempre se puede mejorar. 

Un año antes del estado de alarma, dio el salto de la prensa a la política. ¿Cuál es su balance de estos dos años largos? 

Estoy viviendo cosas muy interesantes y no me arrepiento. De momento, es enriquecedor y emocionante. Estoy aprendiendo en un contexto apasionante, pero echo mucho de menos el periodismo y la vida de periodista. Mi compromiso con Pablo Casado sigue intacto. Le voy a ayudar todo lo que pueda para que sea presidente del Gobierno, porque creo que debe serlo. 

¿Echa en falta poder manifestar el espíritu crítico propio del periodista que llevas dentro, o en el PP hay canales de sobra para expresarse con libertad?

Pablo Casado nos escucha muchísimo a todos, nos pide nuestra opinión y en los comités de dirección hay debate. Todo eso lo veo muy positivo. Partiendo de la base de que las ideas fundamentales las tenemos muy claras -la unidad nacional, la igualdad de todos los españoles, la libertad económica…-, existen muchas cuestiones donde se manifiesta una sana confrontación de opiniones distintas. Eso enriquece cualquier formación política. Yo no me he callado nunca, ni ante Casado, ni ante mis compañeros de la dirección. 

Su objetivo a corto plazo es que Pablo Casado aterrice en la Moncloa.

Ojalá sea a corto plazo…

Y una vez conseguido ese objetivo, ¿volvería al periodismo?

No entro a sopesarlo. Hace dos años que entré en política, he vivido momentos muy intensos, algunos de ellos muy buenos, y otros, no tanto, y ahora mismo soy vicesecretario de Comunicación del PP.

Y tiene morriña periodística.

Sí…

Pero se ve con despacho en la nueva sede del PP que entierre la de Génova. 

Sí, si Casado quiere, que es el que tiene la potestad para hacer los nombramientos.

¿Qué ha aprendido de la política hasta ahora? 

Cerca de Pablo Casado he vivido que en Génova se echan muchísimas horas, más de las que pueden pensar los ciudadanos, y que se trabaja bastante, la inmensa mayoría del tiempo pensando en el interés general de la gente. Evidentemente, tenemos que hacer una labor de oposición dura al Gobierno, porque es nuestra responsabilidad, pero me ha llamado la atención la calidad de las alternativas que se presentan desde aquí expresadas en propuestas económicas, sanitarias, jurídicas… El equipo que trabaja en esas alternativas dedica mucho tiempo a plantear mejoras a la acción del Gobierno. La vida interior de un partido es muy rica y muy interesante.

¿Qué ha aprendido de la gente con la que comparte cúpula?

Hay personas muy buenas en política. Cuando di el salto, tenía mis dudas, pero me he encontrado con buenos profesionales, y con buenos amigos. Con Cuca Gamarra, con Jaime de Olano… Con gente así también se pasan buenos momentos. Por supuesto, con María Pelayo, directora general de Comunicación del PP, o con la directora de Comunicación del secretario general, Isa Gil, con quien ya era uña y carne.

¿No le ponen zancadillas los que llevan toda su vida haciendo carrera interna desde Nuevas Generaciones?

Supongo que no caigo bien a todo el mundo en el partido, pero tampoco caía bien a todo el mundo cuando trabajaba en los medios de comunicación. Es la vida misma. 

Más allá del clima de tensión política que vivimos, ¿ha tenido tiempo para congeniar con gente de otros partidos en el Congreso?

He tenido un trato próximo con los demás candidatos al Congreso por Málaga y con algunos de ellos también ha habido buenos ratos en las campañas electorales, pero llevo muy poco en política y primero estoy intentado conocer a mis compañeros del PP. 

Del prestigio profesional, a la política. Su historia es un ejemplo de que ese trasvase no es solo patrimonio de Ciudadanos, pero casi. 

Es bueno y enriquecedor que los partidos políticos se nutran de personas que vienen de fuera, aunque la sociedad es muy severa y muy exigente con quien llega de la sociedad civil. Me parece bien. Quien tiene un sueldo público -yo soy diputado en Cortes por Málaga-, debe dar la cara. Pero entiendo que haya gente con inquietud política que se piense dar el salto, porque la exigencia es muy potente. Aun así, lo recomiendo. Los partidos tienen que abrirse a la sociedad civil.

“La calle es muy exigente con quien llega a la política desde la sociedad civil”

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El 30 de julio cumplirá dos años en la Ejecutiva del PP. ¿Hay buen ambiente?

El comité ejecutivo del PP es muy amplio. Incluye el comité de dirección, el comité ejecutivo y la junta directiva nacional. Yo soy miembro del comité de dirección y del comité ejecutivo. En la dirección nacional del partido hay muy buen rollo. Todos estamos muy engrasados en torno al presidente. Tenemos claro su liderazgo y el proyecto. 

¿Le gusta el fútbol? 

No mucho.

¿Ha podido ver la Eurocopa?

He visto los partidos de nuestra selección y lo he pasado fatal. 

¿Algún símil entre la dirección del PP y esta selección española de fútbol?

Las ganas son las mismas, pero nosotros hemos tenido más recorrido, y creo que vamos a tener más éxito que la selección en las próximas elecciones generales. 

¿Se nota el fichaje de Martínez-Almeida en la mejora de la comunicación del PP?

Martínez-Almeida habla como habla la calle, y eso es buenísimo. Se cumple ahora un año de los cambios del organigrama y del traspaso de la portavocía del partido, y queda claro que su nombramiento fue un acierto de diez del presidente Casado

Hay quien dice que aquel cargo fue un nombramiento envenenado: una manera de que Martínez-Almeida se mojara más por el partido compartiendo el lado difícil entre todos los parabienes que le cayeron en la alcaldía durante los primeros meses de la pandemia. 

Viví aquellos momentos previos y él dijo que, si el presidente pensaba que podía ayudar, estaba a sus órdenes. Y está ayudando mucho. Ser portavoz del PP no le ha restado nada como alcalde de Madrid. Sigue siendo el alcalde de España. 

 

“A Martínez-Almeida ser portavoz del PP no le ha restado nada como alcalde de Madrid. Sigue siendo el alcalde de España”

 

¿Cómo se comunica un PP con líderes tan diferentes como Casado, Ayuso, Feijóo, Mañueco, Moreno, Martínez-Almeida…? 

¡Así de plural es España!

¿Y cómo se comunica esa pluralidad con unidad?

Teniendo muy claros unos principios que son muy transversales, y apostando de verdad por la pluralidad. Yo no quiero que me voten los que respaldan el cien por cien de lo que pienso. Me interesan los que están de acuerdo conmigo en un 60%, un 50%, un 30%... También aspiro a que el votante socialista descontento y quienes no son de la cuerda del PP, pero aspiran a una política económica responsable, voten a Pablo Casado. El PP no es una secta. Es muy positivo contar con voces distintas dentro del mismo partido. 

¿Tiene contacto con los responsables de comunicación de otros partidos?

Cuando hay que tratar alguna cuestión común, sí. Por ejemplo: si Pablo Casado se reúne con Pedro Sánchez, los contactos entre partidos llegan también hasta los departamentos de comunicación.

¿Llegará en algún momento esa reunión tranquila y lógica en la que hablen el presidente del Gobierno y el líder de la oposición?

Sánchez nunca ha querido hablar con Casado. Cuando lo ha hecho, ha sido obligado por las circunstancias. El presidente del Gobierno nunca ha querido contar con el PP.

¿Cómo ve la comunicación que destila Moncloa?

A Pedro Sánchez se le ha caído la careta. La propaganda de Moncloa ya no funciona. Habla de 2050 y los españoles le recuerdan que no está gestionando ni el día a día… La propaganda de Iván Redondo quizás funcionó en un primer momento, pero ya no. Si hoy preguntamos por la calle qué opinan los ciudadanos sobre Sánchez, una de las primeras reflexiones será que el presidente miente. Que los españoles sepan que el presidente está mintiendo en su acción de gobierno es muy duro. La propaganda de Moncloa ya no cuela.

¿Confía más en Óscar López?

Del que no nos fiamos es del presidente del Gobierno.

¿Qué le parece la comunicación de Vox?

Vox tiene un impacto muy fuerte en redes sociales, pero a mí no me interesa una España en blanco y negro. Por eso, su mensaje, que es la esencia de la comunicación, no me gusta.

¿Cómo ve el trabajo de los periodistas respecto al PP? ¿Cunde la profesionalidad o los prejuicios?

La gran mayoría de los periodistas son grandes profesionales que saben dónde trabajan… Yo vengo de un medio de comunicación que tenía una ideología de centro-derecha, y a partir de ahí yo reivindicaba toda la información… Otra cosa son los medios de comunicación públicos. A RTVE y a Radio Nacional de España les exijo un plus de neutralidad, porque son medios que pagamos entre todos los españoles. Más allá de eso, me parece legítimo que los medios de comunicación privados tengan su ideología. 

 

“A RTVE y a Radio Nacional de España les exijo un plus de neutralidad, porque son medios que pagamos entre todos los españoles”

 

¿Es justo el tratamiento que los medios hacen sobre el PP?

No voy a entrar ahí. Las reglas del juego son las que son. Nosotros tenemos que explicar nuestro proyecto a los españoles para convencerles de que somos buenos para el país. Yo me impongo personalmente hacer un buen trabajo, y allá cada periodista o cada medio con el suyo. 

Usted diseña los argumentarios del PP.

No solo yo, pero ahí estoy. Los madrugones me los pego. 

Cuando hay afinidad, se sigue la actualidad y se tiene sentido común, ¿para qué sirve seguir un argumentario oficial?

Para mucho. En el partido lo llamamos Hoy hablamos de… y llega hasta el último concejal del último pueblo pequeño, que puede estar superado por su día a día y necesita que el partido le resuma los temas de actualidad y su posición. Muchos diputados provinciales y concejales lo agradecen y lo usan. Es una buena herramienta de trabajo.

¿Los partidos permiten decir lo que se piensa con libertad, o las corrientes y los poderes arrasan con los matices o las discrepancias?

Lo importante es poder hablar internamente. Yo soy vicesecretario de Comunicación del PP y le estoy exponiendo la visión de mi partido, no de Pablo Montesinos, porque ahora voy aparejado a las siglas del PP. Antes de que el partido fije una posición ha habido diálogo y debate. En el PP hay un debate interno muy vivo. Mucha gente me pregunta cuál es mi opinión personal sobre diferentes temas y yo contesto, con todo respeto, que mi opinión personal no interesa, que la que importa es la del partido que represento.

¿La libertad de prensa está en peligro con Sánchez, o sin Pablo Iglesias hemos sorteado ese barranco?

El Gobierno de Sánchez ha avalado con su silencio auténticas barbaridades contra la libertad de prensa. Hemos visto señalamientos a compañeros de medios de comunicación, y eso no puede ser. Unidas Podemos sigue en el seno el Gobierno y Sánchez ni ha pedido perdón, ni ha desautorizado las críticas a determinados periodistas por hacer su trabajo. 

 

“El Gobierno de Sánchez ha avalado con su silencio auténticas barbaridades contra la libertad de prensa”

 

Dijo usted el 30 de mayo: “Si Sánchez decide conceder el indulto a los secesionistas, la legislatura está acabada”. No parece. 

Me reafirmo en que la legislatura está en vía muerta. Los españoles ven al Gobierno en tiempo de descuento y cuentan los días para que Sánchez abra las urnas. El Gobierno agoniza mientras trata de aferrarse al poder, cueste lo que cueste. El tic-tac de Sánchez ha comenzado. Los españoles quieren dar su opinión sobre la acción de este Gobierno en unas elecciones generales. 

¿Incluso después de este reset en el Gobierno?

El problema es Sánchez. Está achicharrado por sus mentiras. Los españoles quieren urnas para opinar en unas elecciones sobre la gestión de este Gobierno.

¿Cuál es su lectura de la escabechina en torno a los fieles de Pedro Sánchez?

Sinceramente, creo que nos queda bastante por saber. Por mucho que Sánchez hable de “literatura” en los medios, todos comprobamos cómo fue el traspaso de carteras. A Iván Redondo ya ni le nombra.

¿Hasta qué punto Cataluña es la madre del cordero?

El problema no es Cataluña, sino los gobernantes de Cataluña y los pactos de Sánchez con los independentistas. Hay mucho catalán que está deseando que la política le eche una mano a solucionar sus problemas económicos, sanitarios, etc. Me encanta Cataluña, he veraneado allí muchas veces, tengo amigos allí y disfruto bastante en sus tierras, por eso debo aclarar que el problema no es Cataluña, sino que hay allí un presidente, representante ordinario del Estado que, aunque parezca una broma, está todos los días gobernando solo para una parte de sus ciudadanos.

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Otro problema es que cada vez hay más distancia entre el PP y los catalanes que votan…

Los resultados de las últimas elecciones catalanas no fueron buenos y hay que revertirlos, pero creo que se pueden mejorar con un mensaje claro, en positivo y en clave de futuro sobre qué es lo que se quiere en Cataluña. La igualdad de los españoles y la soberanía nacional consagrada en nuestra Constitución son principios que el Partido Popular siempre va a defender. 

 

“Podremos mejorar nuestros resultados electorales en Cataluña con un mensaje claro, en positivo y en clave de futuro”

 

¿Trabaja ya el PP en un plan para revertir el prestigio de las instituciones?

Estamos con la renovación de los órganos institucionales. Por ejemplo, hemos planteado el reforzamiento de la independencia judicial, porque pensamos que hay que avanzar en ese camino, y no solo porque lo pida la Unión Europea, sino porque es de sentido común. 

¿Ha perdido objetividad desde que está en política?

Nunca me he sentido incómodo defendiendo las posiciones del PP. No creo que haya perdido objetividad, simplemente ahora veo las cosas desde un prisma diferente: desde una formación política que es alternativa de Gobierno. 

Cuando uno entra en política, ¿todo es política?

El 99% de mi tiempo es política. Me levanto gestionando asuntos de política y me acuesto también con algún lío político. 

¿Invadido por los grupos de WhatsApp internos?

Son un invento del demonio… Espero lograr silenciarlos todos en agosto… 

¿Qué le distrae de la tensión de la sobreexposición mediática?

Los amigos y la familia. Al menos una vez cada quince días intento bajar a Málaga para comer con mi familia. Si no es posible, ese fin de semana como con mis amigos en Madrid. Aunque esté con mis amigos periodistas, estoy desconectando. 

¿Sus padres están contentos con el camino que ha tomado su carrera o preferían a su hijo periodista?

Lo primero que me dijo mi madre fue que iba a perder dinero dando este paso… Más allá de eso, lo están viviendo con emoción, y también con algún momento de tensión, porque mis padres también leen Twitter…  

¿Tenía usted vocación política de fondo?

No. Siempre he querido ser periodista. Mi padre recuerda que siempre le pedía micrófonos y cámaras de regalo, y que montaba ruedas de prensa con mis dos hermanos cuando él llegaba a casa después del trabajo. Imagínese. El culpable de que esté en política es, exclusivamente, Pablo Casado.

¿Cómo surgió ese flechazo?

Él me lo pidió. Me dijo que el momento político era complicado, que iba a pasar lo que ha pasado después… Admito que me caló el discurso de Casado cuando ganó el congreso extraordinario del PP. Desde el principio me creí sus mensajes de regeneración, de transparencia, de apertura… En lo personal, me sentí muy identificado con él desde entonces. 

En septiembre cumplirá 36 años. ¿Se ve atravesando la crisis de los 40 dentro del PP?

No lo sé. Hasta los 40, a saber... Hoy por hoy me veo con Pablo Casado en el PP al cien por cien, pero pasan tantas cosas en política en tan poco tiempo que a ver cómo estamos el año que viene por estas fechas. Pase lo que pase, podemos cerrar otra entrevista y lo hablamos, pero poco más. 

Admite usted que va a misa y que reza un padrenuestro ante las intervenciones públicas. 

Ante algunas.

Cuando se acuerda.

Exacto.

Pero no le da miedo exteriorizar su fe tal y como está el patio con esas cosas, y más, en política activa. 

No. Soy católico en una casa en la que yo soy el que más tira de ese carro. 

¿Ser del PP suena cool?

Ser del PP suena, cada vez más, a la gente de la calle. Lo digo de verdad, no es frase de argumentario. Si el PP no hablara de las pensiones, de la crisis de la carne y de los ganaderos, o de la luz, no se hablaría de esos temas. El PP es, cada vez más, el partido de la gente. ¿Cool? No lo sé. No lo creo. 

 

“El PP es, cada vez más, el partido de la gente”

 

¿Qué le ha robado la política?

Tiempo libre y horas de sueño. Pero he ganado muchas cosas, también…

¿Qué?

Trabajar por mi país, vivir momentos muy interesantes dentro de la política... En lo personal he conocido a gente muy interesante y me he encontrado con buenos amigos.

Si el PP gana unas generales, ¿pedirá ser el dircom de Moncloa o preferiría que le dieran las riendas de RTVE, Radio Nacional de España o EFE?

Si Casado es presidente del Gobierno, yo estaré donde diga. Estoy encantado siendo vicesecretario de Comunicación, porque eso me permite estar todo el día en contacto con los periodistas, que es lo que me gusta. 

¿Qué piensa que comunica usted?

Soy una persona que decidió dar un paso al frente en la política y que, aunque en ocasiones me equivoco, estoy aquí para intentar hacer un país mejor y sacar las cosas adelante, en positivo. Es bueno que la gente joven de otros ámbitos se moje en política. 

¿Qué piensan los votantes del PP de este PP?

Entiendo que habrá votantes a los que les guste más, y otros a los que les guste menos, pero creo que el votante del PP y de otras formaciones políticas ya nos ven como alternativa de Gobierno, y eso es importantísimo. Saben que podemos tomar las riendas del país desde el mismo momento en el que Sánchez convoque elecciones. Es el principio del fin del sanchismo.

¿Este PP es el PP del futuro, o es una transición?

Este PP es el PP del presente y del futuro. Pablo Casado es el presente y el futuro, no solo del PP, sino de España. Sinceramente. Es que está hablando con un convencido…

 

“Los votantes del PP y de otras formaciones políticas saben que podemos tomar las riendas del país desde el mismo momento en el que Sánchez convoque elecciones”

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