Ripple, la criptomoneda que nació antes que el Bitcoin

Su trayectoria es mucho más longeva y apunta a convertirse en un estándar avalado incluso por las grandes entidades.

Ripple, la criptomoneda que nació antes que el Bitcoin
Ripple, la criptomoneda que nació antes que el Bitcoin

Los años pasan, las personas cambian y la tecnología evoluciona. Este último punto se está convirtiendo en un elemento determinante del día a día de la gran mayoría de sociedades. Las nuevas tecnologías llegan, mutan y crecen para ponerlo todo patas arriba y cambiar infinidad de situaciones que llevan establecidas años y años.

Solo hace falta un ejemplo para ilustrar este cambio. Hace una década, cuando se tenía intención de hablar con alguien que estuviera lejos de casa, cogíamos un teléfono móvil y llamábamos; ahora sí, seguimos cogiendo el teléfono, pero con un mensaje que se envía a través de internet de forma gratuita conseguimos el mismo resultado.

Como este caso tenemos infinidad. Reflejos de esos cambios que afectan tanto a la pequeña como a la gran escala, a los aspectos más diminutos y a los más importantes. Las previsiones, de hecho, apuntan a que la velocidad de esta evolución se acentúe y siga alterando infinidad de paradigmas, y uno de ellos apunta a ser el económico. El dinero tradicional puede tener los días contados, aunque no tiene pinta de hacerlo a corto plazo.

¿Y quién aspira a ser su sustituto? La criptomoneda. Un dinero virtual, intangible, pero tremendamente válido para realizar todo tipo de transacciones a través de internet (y ya en algunos establecimientos físicos) y que posee infinidad de variantes que todos conocemos en mayor o menor medida.

Podríamos hablaros del Bitcoin, esta cibermoneda que lleva años entre nosotros y que ha visto en este únidad monetaria. Sin embargo, el caso que queremos tratar es el Ripple, otra vertiente también joven, pero que poco a poco se está forjando un camino que aspira a tenerla muy en cuenta de cara al futuro. Tanto, que invertir en Ripple en España está siendo la cuestión más demandada por muchos agentes del mercado financiero.

 

Ripple, otro hijo de las criptomonedas y los bancos

Aunque sea menos popular, lo cierto es que el Ripple (XMR) es anterior al Bitcoin. Nació en 2004 de la mano de Ryan Fugger, inventor del sistema de pago RipplePay. Su intención era la de establecer un sistema financiero descentralizado que otorgara a cualquiera la posibilidad de ser su propio banco, sin necesidad de intermediarios ni entidades que influyan en su actividad o su valor.

No fue hasta 2012 cuando, Jed McCaleb y Chris Larsen fundaron OpenCoin tras hacerse con el Ripple. Esta compañía fue la que empezó a desarrollar el protocolo de seguridad y generación de la criptomoneda, además de la red que se usaría para tramitar sus intercambios.

Las cosas pintaban bien, OpenCoin pasó a llamarse Ripple Labs, Inc. en septiembre de 2013 y el negocio seguía adelante. Sin embargo, la Red de Delitos Financieros del Tesoro de los Estados Unidos les impuso una multa de 700 mil dólares en 2015 por infringir la Ley de Secreto Bancario por no haber registrado debidamente su empresa.

Esto vino precedido de otro cambio de nombre para la compañía, que por fin asumiría el nombre de Ripple y ya, en 2016, por fin se obtuvo el permiso para operar como moneda digital. Ahora sí, la carrera comenzaba.

Y lo hacía a gran velocidad. El 13 de junio de 2016 se recibiría la aprobación por parte del Departamento de Servicios Financieros del Estado de Nueva York y, en septiembre de ese mismo año, se obtendría una recaudación de 55 millones de dólares gracias a los primeros inversores. Las grandes entidades bancarias comenzaron a sumarse al proyecto, teniendo a nombres como el banco Santander o BBVA entre ellas.

En la actualidad, pese a que su fama no es algo muy extendido por la comunidad, sí que goza de aprecio entre los inversores. Su meta actual es conseguir una buena posición dentro de la industria financiera con RippleNet o convertirse en un estándar a la hora de hacer pagos entre bancos y, cuando lo consiga, podrá colocarse y empezar a engrosar su valor.

El único bache que puede haber en su camino es otra alternativa de código abierto que también se apoya en el sistema de blockchain para su obtención, Stellar. Actualmente goza de una buena posición en los pagos entre personas y bancos, y puede ser quien acabe dejando al Ripple fuera de los radares.

Por el momento, la salud del XMR es bastante sólida. Su valor actual es de 2,90 euros; pero se ha convertido en la segunda criptomoneda más grande por capitalización bursátil. Queda mucho por ver en este terreno, pero su nombre es un firme candidato para ser un referente al que seguir muy de cerca.

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