Los chats en línea: actualizados

La primera red de chat que existió en Internet la programó Jarkko Oikarinen en agosto de 1988

Chat.
Chat.

La palabra chat está tan grabada en el lenguaje de nuestras comunicaciones, que en efecto ya ha sido tomada por la RAE como un sujeto y también un verbo válido: lo que hacemos cuando chateamos a través de cualquier chat en línea.

Una breve historia de los chats

Desde sus inicios, con muy poco tiempo en internet, los chats ya eran un fenómeno bastante popular. La primera red de chat que existió en Internet la programó Jarkko Oikarinen en agosto de 1988, en la Universidad de Oulu, en Finlandia. Luego de esa fecha, la cantidad de chats disponibles en internet nunca cesó.

¿Por qué son tan populares?

Para los países miembros de la comunidad, las puertas de sus fronteras están abiertas y sus ciudadanos buscan viajar y conocer nuevos países. Los chats en línea también tienen que ver con ese deseo de hacer lazos con desconocidos que están en otra parte, pero al mismo tiempo, cerca. Destinos turísticos de toda Europa, como lo es por ejemplo Barcelona, en España, cuenta con varias salas de chat específicas para conocer gente de la ciudad, por ejemplo en chat gratis barcelona.

En todo caso, no es necesario tener planes de viajar próximamente para querer conocer nuevas personas, sobre todo porque muchas veces no es como que podamos acceder a un nuevo círculo social tan fácilmente. Si por ejemplo quieres ubicar nuevas personas cercanas a tu localidad, digamos por ejemplo ubicar a alguien en Málaga, podrías acceder a chat malaga.

Estas dos opciones corresponden a casos en los que los usuarios estén buscando llegar a conocer, en persona, a sus cyberamigos. Pero existe una tercera opción, en la que los usuarios realmente no tienen por objetivo conocer a nadie en persona, sino, poder chatear y distraerse, tal vez aprender o practicar nuevos idiomas, incluso. El clásico chat, con años de confiabilidad y trayectoria, es terra chat.

Pero, ¿Qué son los Chats en línea?

Pues como punto de partida tenemos que los chats son espacios digitales para conocer personas a través del internet. Los chats no siempre han sido digitales, durante una época fueron analógicos, ya que existían los chats por código que fueron tan populares a comienzos del 2000, cuando era posible acceder a través de mensajería de texto o SMS.

Para darnos una idea de cuán importantes han sido los chats para la cultura moderna del internet, podemos pensar que muchos de los actuales emojis, primero fueron expresados con caracteres alfanuméricos, por ejemplo el famoso “XD”, que por cierto, también ha sido tomado en cuenta por la RAE.

Forman parte de nuestra cotidianidad, aunque algo curioso es que la palabra chatear la usamos indistintamente para la acción de comunicarnos de manera escrita por cualquier canal de mensajería instantánea, cuando no todos estos son chats, como lo entendemos formalmente en el internet.

Facebook, por ejemplo, que tiene su propio canal de mensajería privada, no es un chat: es una red social más completa, más compleja. Los chats son portales web cuya existencia se limita a permitir, es decir a alojar en su servidor, chats en vivo de usuarios previamente registrados en sus plataformas.

 

Muchas de estas plataformas son bastante relajadas en cuanto a los datos que piden a quienes solicitan registrarse, mientras que otras aplican mayores medidas de seguridad. Pero en general, los chats te permiten interactuar en una comunidad de manera más o menos anónima, por ejemplo te permite usar un nickname en lugar de tu nombre de pila.

¿Qué podemos esperar del futuro para los chats?

Es impresionante cómo aún hoy, la cantidad de chats existentes en internet no solo es enorme, sino que además crece cada día. Sigue siendo un interés vivo de los desarrolladores y también los inversionistas. Parece lógico pensar que se trata de un sector que siempre tendrá suficiente demanda.

Lo más seguro es que durante las próximas décadas su popularidad siga creciendo, y que su alcance llegue a ser aún mayor.

Seguramente podremos ver secuelas o efectos de esto reflejadas en las relaciones sociales. Por ejemplo, en Japón, las relaciones virtuales están desplazando de manera curiosa y alarmante las relaciones afectivas “tradicionales”, o sea: de dos personas que se conocen en persona.

Las necesidades emocionales empiezas a saciarse con este tipo de afecto en línea, a través de pantallas y audífonos, con el teclado marcando distancia por medio. Después de todo, han sido décadas de constante evolución de este fenómeno.

De aquellos foros y salas de chats que solo tenían caracteres alfanuméricos, pasamos a contar con un menú completo de emojis, GIF, archivos multimedia, y el etcétera es largo. El medio no hace más que nutrirse de todo ello.

Pensemos, por ejemplo, en cuán útil han resultado las videollamadas para sostener una dinámica bastante improvisada de trabajo remoto o teletrabajo como también se le ha dicho. Las herramientas que ya existían fueron miradas bajo la luz de una necesidad emergente, y estuvieron a la altura del pedido. ¿Estaremos listos para el siguiente gran salto?

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