La salud mental: un concepto cada vez más integrado por la sociedad

¿Qué condicionantes inducen a un empeoramiento de la salud mental?

La salud mental: un concepto cada vez más integrado por la sociedad.
La salud mental: un concepto cada vez más integrado por la sociedad.

La Organización Mundial de la Salud define la salud mental como un estado de bienestar en el que el individuo es consciente de sus propias capacidades y puede afrontar las tensiones normales de la vida. Igualmente, puede dedicarse a alguna actividad productiva de manera eficaz aportando un plus a su comunidad.

Por tanto, la salud mental no es únicamente la ausencia de enfermedad, sino que supone ir un paso más allá, implica caminar hacia el bienestar y la felicidad. En el año 1949, la Asociación de Salud Mental de Estados Unidos fijó el mes de mayo como una cita importante para concienciar sobre esta realidad, que todavía hoy, más de 70 años más tarde, sigue siendo un tema tabú.

Cuando mucha gente habla de salud en su día a día sigue prestando atención casi de manera exclusiva a la salud física y deja de lado aspectos psicológicos o emocionales que pueden afectar negativamente al crecimiento personal.

Por fortuna, estos temas parecen ir haciéndose un hueco en la agenda mediática, aunque todavía queda mucho por andar, tanto desde las administraciones públicas y los gestores en la sociedad, como desde la propia ciencia y los profesionales. En este último ámbito, el Instituto Europeo de Psicología Positiva es un centro de formación pionera en formar a expertos en profesionales del bienestar.

¿Qué condicionantes inducen a un empeoramiento de la salud mental?

A lo largo de la vida existen determinantes individuales, sociales y estructurales que pueden combinarse para proteger o socavar la salud mental e influir directamente en el grado de bienestar a nivel orgánico.

Todas las personas somos sensibles a factores psicológicos o biológicos como las habilidades emocionales, pero también tomamos decisiones que nos llevan al abuso de sustancias. Un desequilibrio en el control de nuestra vida puede convertirnos en sujetos más vulnerables frente a las afecciones de salud mental.

Asimismo, experimentar ciertos episodios de desigualdad social o económica, o exponernos a condiciones geopolíticas y ambientalmente desfavorables, con la pobreza o la violencia como claros ejemplos, también aumenta el riesgo de sufrir problemas de este tipo. Uno de los factores que más estrés y sensación de malestar genera en los últimos años es la preocupación por el medio ambiente, hasta el punto de que hay quienes asocian estos miedos con un estado general de ecoansiedad.

Todas estas situaciones pueden traducirse en problemas que acaban derivando en la pérdida de salud física. De hecho, el concepto de salud abarca ambos procesos, pues como decimos no es únicamente la ausencia de enfermedad, sino alcanzar un estado de bienestar suficiente que permita disfrutar de la vida con serenidad y sin sobresaltos.

En cualquier caso, las personas que tienen enfermedades físicas son más propensas a sufrir trastornos y enfermedades mentales como la depresión, el estrés o la ansiedad. Y en el terreno contrario sucede algo similar, las personas con enfermedades mentales acaban padeciendo consecuencias físicas derivadas de esta realidad.

 

¿Cómo promover un buen desarrollo de la salud mental?

Las intervenciones de promoción y prevención de la salud mental se centran en identificar cuáles son esos condicionantes individuales, sociales y estructurales que ponen en peligro la salud mental. Es importante actuar sobre los determinantes a todos los niveles tomando medidas que impulsen un mayor estado de bienestar.

Naciones Unidas fija como uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que la prevención del suicidio es una prioridad mundial. Igualmente, también promueve la promoción de la salud mental en niños y adolescentes, así como en el trabajo.

Todas estas metas obligan a una exigente dedicación desde ámbitos legales y reglamentarios u estrategias organizacionales que se pueden poner en marcha mediante la colaboración público privada y el reconocimiento de que la salud mental es un problema que hay que intentar atajar de igual modo que la salud física.

Desde el Instituto Europeo de Psicología Positiva (IEPP) son expertos en Terapia psicológica. En sus sesiones tratan de descubrir qué teclas hay que tocar para alcanzar un estado de bienestar óptima que permita el desarrollo integral como seres humanos dentro de la sociedad.

Reforzar la salud mental desde un enfoque multisectorial

La OMS pone el foco en la protección y la promoción de los derechos humanos, de modo que considera la salud mental como una parte esencial de la dignidad humana. La fórmula más exitosa para alcanzar este objetivo es acercarse a ella desde un enfoque multisectorial en que intervengan todas las partes interesadas.

Así, solucionar los problemas de esta índole no es una tarea que repercuta únicamente a quienes lo sufren. Es una labor que compromete a toda la sociedad, ya que esas afecciones están directamente relacionadas con el estatus económico, las discriminaciones por motivos de raza, género o condición sexual y ciertos comportamientos reprochables que deben perseguirse: acoso laboral, bullying, violencia de género.

Mayo es el mes de la salud mental, pero el esfuerzo por ofrecer mejores condiciones de vida obliga a trabajar de manera conjunta e incansable en estos asuntos, solicitando ayuda a los profesionales y promoviendo una inversión público privada suficiente que ataje las situaciones más peligrosas.

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