A Conceisao Pinhao, una simple trabajadora portuguesa que compró su empresa en quiebra por un euro y dos años más tarde factura casi un millón

La empresa en la que trabaja se dedicaba a exportar camisas a España. A mediados de 2004 sus propietarios anunciaron que la iban a trasladar a un país del este para abaratar costes. El empeño de sus trabajadores impidió la mudanza. Pero la cosa no quedo ahí; una trabajadora dispuesta a sacar a sus compañeros y a la propia empresa adelante la adquirió por un euro, organizó al resto de empleados y ya el primer año consiguió sacarla a flote a pesar de acumular deudas millonarias. Este año ya factura 800,000 euros. Fue grande el valor, la disciplina y el tesón con que Conceisao Pinhao se puso al frente de un proyecto ruinoso. Pero lo supo sacar a flote. Una guinda para su paciencia y su arrojo, para que cunda el ejemplo entre los adinerados empresarios.

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