A Sir Edmund Hillary y Juanito Oiarzabal, que defienden el verdadero montañismo tras el brutal abandono de David Sharp en el Everest

David Sharp era un montañero ilusionado por subir al techo del Mundo, el Everest. Como tantos otros se preparó para ascender a su sueño, pero no contó con que tendría problemas que le llevarían a la muerte. Perdió la vida por falta de oxígeno a sólo 800 metros de la cumbre, y en una lenta agonía. Al menos 40 personas pasaron a su lado mientras moría y no hicieron nada por ayudarle. Sólo una serpa nepalí intentó compartir su botella de oxígeno con él cuando ya era demasiado tarde. Ahora, dos leyendas del montaña, Sir Edmund Hillary, pionero en el Everest, y Juanito Oiarzabal han alzado la voz contra “el circo” en que se han convertido el montañismo y el Everest en particular. “Las vidas humanas son más importantes que las cumbres de la montaña”, ha dicho Hillary. Algo tan obvio parece increíble que sea necesario recordarlo. Oiarzabal, por su parte, ha declarado que “no tiene el más mínimo interés por volver allí”. Se hacía necesario que ellos, los grandes de este deporte, alertaran sobre el egoísmo y la explotación comercial que lo está pudriendo. Guinda a una advertencia oportuna y necesaria.