A los constructores de la ‘Y vasca’, que rompen el precedente de Lemoniz y Leizarán y se comprometen a terminar el proyecto pese a las amenazas

La central nuclear de Lemóniz, cuyas obras fueron abandonadas, y la autovía de Leizarán, que se inauguró tras haber cambiado de trazado, son los dos precedentes de gran obra en los que ETA puso su punto de mira, boicoteándola con balas teñidas de sangre. Hace apenas 48 horas, Ignacio Uría, un empresario vasco de 70 años involucrado en el proyecto de la ‘Y vasca’, moría de dos tiros, uno en la frente y otro en el pecho. Desde hace ya años, su empresa –así como otras- habían sido amenazadas por ETA y sus grupos satélites. Ahora, cumpliendo su amenaza, han rememorado a todos los vascos lo que ocurrió en Lemóniz y Leizarán, cuando, tras el asesinato de media docena de ingenieros, los planes de obra fueron modificados. El mensaje que envían desde la patronal de empresarios vascos, Confebask, es que “todo sigue adelante”. Ya está bien de chantajes y de manipulaciones a golpe de gatillo. Guinda a todos los empresarios vascos por su firme compromiso de acabar lo comenzado aunque no sea del agrado de los encapuchados.

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