Al secretario general del PSM, Rafael Simancas, por obligar a sus alcaldes a que revelen sus bienes antes de presentarse a las elecciones

Los últimos escándalos urbanísticos parecen haber hecho mella en el Partido Socialista. Hace unos días, el PSOE anunció unas cuantas medidas para frenar la corrupción inmobiliaria apuntándose el tanto de que, si salían los casos de corrupción a la luz, era gracias a ellos. Alejado un poco de tanta prepotencia, Rafael Simancas quiere poner la venda antes de la herida. Y ha pedido a todos sus alcaldes que pongan encima de la mesa el patrimonio de que disponen, como ya hizo él en alguna ocasión. Además, tendrán que someterse a auditorías urbanísticas al final de sus respectivos mandatos. No está mal la proposición. A ver si los ediles lo cumplen y consiguen así la confianza de unos ciudadanos que no dejan de asombrarse de cómo el alcalde, sobretodo de pueblos pequeños, pasa de tener un simple utilitario a un todoterreno o coche de gran cilindrada. Una guinda para Simancas y esta iniciativa.

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